21 Jun Jerusalem, un paraíso para los fotógrafos
«Todo lo que puedo hacer es documentar», dice el fotógrafo Shimon Perlstein, quien no deja de fotografiar y admirar la ciudad.
Un hecho sobre Jerusalem que nadie discutiría es que siempre hay algo que fotografiar. Cada momento, cada período, en cualquier lugar, cada hora. Su magia reside en la combinación única de la historia y el futuro, entre la espiritualidad y el progreso, entre lo sagrado y lo profano. Es una ciudad que cuenta su historia a través de sus piedras, la gente que camina por sus calles y el ambiente que la rodea.
Las Ciudad Vieja de Jerusalem. De fondo, la Cúpula de la Roca. (Shimon Perlstein)
Desde la Torre de David hasta el Muro de los Lamentos, desde el mercado Mahane Yehuda hasta el centro comercial peatonal de Ben Yehuda, desde el Parque Sacher hasta el pintoresco barrio de Najlaot, Jerusalem ofrece una variedad infinita de paisajes y momentos para documentar. Se puede caminar por las calles de la Ciudad Vieja y sentir como si se estuviera caminando en el tiempo, ya que los olores, sonidos y vistas nos transportan cientos de años atrás. Por otro lado, dejarse impresionar por la nueva Biblioteca Nacional, y la zona de Mamilla, que simbolizan el desarrollo continuo de la ciudad.
No sólo los edificios y los paisajes hacen que Jerusalem sea única, sino también las personas que viven en ella. Una rica mezcla cultural que reúne diferentes religiones, etnias y tradiciones. Una mezcla que nos permite experimentar momentos de espiritualidad, alegría, tristeza, esperanza y lo cotidiano sencillo.
Las murallas de la Ciudad Vieja. (Shimon Perlstein)
La Ciudad Vieja. (Shimon Perlstein)
Puerta de Jaffa. (Shimon Perlstein)
Mercado de Mahane Yehuda. (Shimon Perlstein)
Por lo tanto, Jerusalem para mí, junto con el amor y la pasión por la fotografía, es un sueño hecho realidad. Cada visita a la ciudad me da una nueva inspiración porque tiene un mosaico de historias, colores y emociones, y todo lo que tengo que hacer es documentar. Cada una de estas fotografías conserva un pequeño momento de su encanto, y cada foto abre la puerta a otra aventura entre sus calles.
Recuerdo la primera vez que fotografié la puesta de sol sobre los tejados de la Ciudad Vieja: ese momento me atrapó y se ha quedado conmigo desde entonces. De esta manera, puedo ver la belleza y la profundidad en cada pequeño detalle de Jerusalem, y me da fuerza e inspiración para seguir buscando estos momentos mágicos en cada rincón.
Para ver más fotos, seguir la cuenta de Instagram de Shimon Perlstein.
Monte de los Olivos. (Shimon Perlstein)
Tumba del rey David. (Shimon Perlstein)
Monasterio de Gorny. (Shimon Perlstein)
El Monte del Templo. (Shimon Perlstein)
El Muro de los Lamentos. (Shimon Perlstein)
El Barrio Cristiano. (Shimon Perlstein)
Puesta de sol en los tejados de la Ciudad Vieja. (Shimon Perlstein)
Fuente: Ynet Español