El derecho de Israel a la autodefensa: ¿Qué dice el resto del mundo?


Corte Internacional de Justicia de La Haya
EPA/Remko de Waal

Opinión. Los países extranjeros que condenan las misiones de las FDI contra el ataque de Hamás demuestran que el mundo siempre encontrará un defecto en la moralidad de Israel.

Una vez más, el uso de la fuerza por parte de Israel para su propia defensa molestó a cierto tipo de líderes políticos con pretensiones de superioridad moral. Se informó, por ejemplo, de que el Papa Francisco advirtió a Isaac Herzog, presidente de Israel, en una conversación telefónica de que está «prohibido responder al terror con terror.»

Una declaración de este tipo yerra el blanco y no establece una distinción entre los terroristas reales y sus víctimas, que ejercen su derecho legal reconocido a la autodefensa. En esto no hay paridad. En lenguaje llano, este enfoque se llama «bilateralismo».


Fuerzas de las FDI se preparan para ingresar a Gaza.
(Guy Shmueli)

Dos juristas, David Rivkin y Peter Berkowitz, analizaron este fenómeno en el Wall Street Journal del 13 de diciembre de 2024.

Lo calificaron de ejemplo de «pacificismo primitivo», porque no tiene en cuenta la propia teoría de la Iglesia católica con respecto a la «guerra justa», que Israel está librando ahora.

Hay otro problema. La admonición del Santo Padre refleja un fallo de compasión, pero tiene compañía. Tras la masacre del 7 de octubre, António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, declaró que, como consecuencia de la «ocupación», Israel tiene lo que se merece.

Además, el presidente de Brasil, Luiz Ignácio Lula da Silva, acusó a Israel de genocidio, comparando la guerra contra el grupo terrorista Hamás en Gaza con «el Holocausto ‘cuando Hitler decidió matar a los judíos'». Y no hay que olvidar la iniciativa del gobierno sudafricano de presentar una demanda ante el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya acusando a Israel de genocidio.


Lula Da Silva, presidente de Brasil.
(EPA )

El rabino jefe de Sudáfrica, Warren Goldstein, declaró que «si la guerra de Israel no es justa, nunca hubo una guerra de tal tipo», y hasta se animó a acusar a su gobierno de ser los «idiotas útiles» de Irán.

La incapacidad de Israel para satisfacer a los críticos mundiales de su moralidad se remonta a hace más de medio siglo. En enero de 1961, según informaron los periódicos de Montreal, el destacado historiador británico Arnold Toynbee «comparó, desde un punto de vista moral, la actitud de Israel hacia los árabes en 1947 y 1948 con la matanza nazi de seis millones de judíos».

También se le citó diciendo que «los judíos no tienen ningún derecho histórico sobre Israel». En respuesta, el embajador del Estado judío en Canadá, Yaakov Herzog, retó a Toynbee a un debate, que tuvo lugar en la Universidad McGill el 31 de enero de 1961.

Durante este debate, el embajador Herzog hizo una declaración memorable, que conserva su validez:

«Pero, ¿Cómo pueden mencionarse al mismo tiempo dos acontecimientos: la destrucción de un tercio de nuestro pueblo y el problema de los refugiados árabes creado por una guerra iniciada por los propios árabes? ¿Aprobaremos una enmienda al artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas sobre el derecho de legítima defensa: una enmienda que diga que si te atacan puedes resistir, pero recuerda, no importa lo que sufras en el proceso, si el hombre que te ataca sufre, serás condenado por la historia como afectado por la influencia nazi».


Una manifestación pro palestina en Londres.
(EPA)

Entre esas declaraciones escandalosas, debemos incluir la infame conferencia de prensa del Presidente francés Charles de Gaulle del 28 de noviembre de 1967 en la que caracterizó a los judíos como «un pueblo de élite, seguro de sí mismo y dominante».

El Dr. Raymond Aron escribió que esta declaración rompió un tabú, haciendo que la expresión pública del antisemitismo volviera a ser aceptable. Al mismo tiempo, Aron escribió que de Gaulle «se pasó al bando árabe». Paso el tiempo suficiente para que podamos apreciar las consecuencias de su decisión. En retrospectiva, está claro que fue injusto con Israel y, más aún, con su patria.

Declaraciones y hechos de este tipo no son del todo sorprendentes, pero sí decepcionantes porque carecen de compasión por las verdaderas víctimas de crímenes de guerra premeditados a escala masiva.


Fuerzas de las FDI en Khan Younis.
(Portavoz de las FDI)

En su condena del derecho de Israel a la autodefensa, estos conocedores de la moral traicionan los valores judeocristianos de la civilización occidental, condonan la barbarie y apaciguan a sus autores.

Joel Fishman es historiador y miembro del Jerusalem Center for Public Affairs. Se doctoró en historia europea moderna por la Universidad de Columbia y ha realizado estudios posdoctorales en el Instituto Estatal de Documentación de Guerra de los Países Bajos, en Ámsterdam.

Fuente: Ynet Español
https://www.ynetespanol.com/global/opinion/article/sydmurn3a



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