Cada vez más israelíes salen a mirar las estrellas

Tras la pandemia de COVID-19, la gente siente la necesidad de salir al aire libre y muchos optan por dirigirse al desierto para contemplar el cielo nocturno. «Es una pasión», afirma un observador de estrellas a medida que crece la comunidad.

Los israelíes apuntan cada vez más con sus telescopios al cielo nocturno de Israel, siguiendo una tendencia de observación de las estrellas que aumentó durante la pandemia de COVID-19.

Philip Bonneau, un arquitecto de 81 años, es un ávido observador de estrellas que está perdiendo la vista, pero que encuentra la manera de seguir con su querida afición. «Simplemente me intrigan», dice desde su casa en la ciudad desértica de Mitzpe Ramon.

«Cuando era joven, alguien me preguntó qué me gustaría comprar si tuviera una cantidad infinita de dinero, y yo contesté espontáneamente: ‘Un telescopio’. Desde entonces, no pude parar», suma.


Cazadores de estrellas, la nueva moda que crece en Israel.
(Shutterstock)

«Empecé a interesarme por las estrellas cuando era niño y crecí en Francia. Tenía que dar una conferencia en el colegio, y el tema que elegí fue la astronomía. Después de mudarnos a Israel, mi pareja y yo viajamos por todo el país y cuando llegamos a Mitzpe Ramon, le dije entonces que ése era un lugar donde siempre podría contemplar las estrellas, y después de mudarnos al desierto, hace seis años, eso es lo que he estado haciendo», confiesa.

«Nunca he tenido mucho dinero, pero mirar las estrellas es gratis. Y como le dije a mi hijo, que me preguntó por qué no era millonario, tengo un millón de estrellas sobre mi cabeza, así que de hecho lo soy».

Bonneau afirma que cada vez se ve obligado a comprar telescopios más grandes y mejores, «es una adicción», asegura. «Todas las noches salgo solo. En los últimos años, cuando la vista empezó a fallarme, me pasé a la fotografía y desde hace cuatro años fotografío estrellas», recuerda.

«Mis hijos y nietos me acompañan, pero no les entusiasma tanto como a mí, porque probablemente es algo con lo que se nace. En los últimos años, me di cuenta de que hay una comunidad de observadores de estrellas en Israel y, de repente, tuve una sensación de pertenencia y de que mi pasión también era compartida por otras personas», agrega.


Lluvia de meteoritos en Mitzpe Ramon.
(AFP)

Kfir Veler, de 34 años, de Ashdod, es un hombre que comparte la misma pasión. «Llevo una cámara conmigo desde que era niño», cuenta. «Empezó como un hobby y usaba una cámara que compró mi difunto padre, pero se me quedó grabada. Tras licenciarme del servicio militar, empecé a tomármelo más en serio y en 2017 me encontré con las comunidades de observación de estrellas que han crecido por todo Israel», recuerda.

«Me di cuenta de que la fotografía podía combinarse con la observación de las estrellas», explica, y añade que se convirtió en una historia de amor que le llevó a estudiar el tema y a ofrecer talleres de astrofotografía.

«Cuando buscaba más información, descubrí que sólo estaba disponible en el extranjero, así que desarrollé un centro de información para las comunidades de Israel».. Después de la pandemia de COVID-19, cobró impulso porque la gente estaba confinada en sus casas, y creció su deseo de salir al exterior y redescubrir la naturaleza, entre ellos los que ahora persiguen las estrellas», sostiene.

«Hoy hay muchos observadores de estrellas en todo el país, y la comunidad sigue creciendo. El viernes se producirá la lluvia de meteoros de las Perseidas y muchas familias viajarán al sur para observarla. Como cualquier afición, es algo que una vez que empiezas, no puedes parar».


Kfir Veler.
(Ynet)

Veler dice que se le acercan muchas personas de todas las edades y etnias, que quieren salir de su rutina y experimentar la naturaleza. «Esta afición te puede llevar a un lugar apartado, sin cobertura de móvil, pero donde puedes presenciar estos fenómenos especiales y vivir experiencias inolvidables. La vida en Israel es muy estresante, y necesito este escapismo para equilibrar el estrés. Me permite respirar y me llena de energía», afirma.

Veler plantea que ha sido testigo de cómo la comunidad de observadores de estrellas duplicó su tamaño, pasando de unas 4.000 a 8.000 personas en sólo cuatro años. Sus miembros comparten información, fotos y reseñas.

«Llevamos años colaborando con la Autoridad de Parques y Naturaleza, ofreciendo talleres de fotografía, incluida la que es con smartphone. Cuando salimos a perseguir las estrellas, a veces parecemos un pequeño ejército», comenta entre risas.


Observación de estrellas en EE.UU.
(Reuters)

En todo el desierto del Negév se celebran eventos de observación de estrellas, pero los visitantes deben tener cuidado con las zonas que utilizan los militares para entrenarse. Las condiciones meteorológicas también son críticas, porque el desierto se vuelve muy frío por la noche, incluso en verano, y las tormentas de arena son habituales.

«Hay que comprobar todos estos factores antes de salir», sostiene Veler.

«Un error que cometen muchos es ir a un lugar del que han oído hablar sin conocer el camino, llegar tarde y perderse o montar tienda donde no está permitido. Es importante salir temprano, cuando aún hay luz, y asegurarse de ir vestido adecuadamente y de llevar los elementos necesarios. Pero la regla más importante es no utilizar ninguna fuente de luz, ni siquiera de un teléfono, porque afecta significativamente a la capacidad de ver las estrellas», cierra.

 

Fuente: Ynet Español
https://www.ynetespanol.com/lifestyle/article/rknvldmh3



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