Las mamás y los papás árabes israelíes que llevan a sus hijos al éxito

Detrás de cada jugador árabe de los equipos de fútbol Sub-20 y Sub-21 de Israel hay padres decididos y orgullosos. Hablan sobre sus luchas y lo que el gobierno debe hacer a continuación.

 Por Nadin Abou Laban


Karem Jaber, izquierda, Anan Khalaili y Hamza Shibli. Por primera vez en 48 años, Israel enviará atletas árabes a los Juegos Olímpicos de verano. Foto: Ricardo Mazalán/AP; Natacha Pisarenko/AP; Asi Kipper/Asociación de Fútbol de Israel

Las jóvenes estrellas del fútbol de Israel lograron lo casi imposible este verano: la selección nacional obtuvo el tercer lugar en la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA en Argentina el mes pasado, llegó a las semifinales del Campeonato de Europa Sub-21 de la UEFA este mes y aseguró un lugar en los Juegos Olímpicos de 2024 en París el próximo verano. Y los jugadores árabes son una enorme parte de este éxito.

Pero llegar allí no fue fácil. Estos jugadores provienen de todos los rincones de la sociedad árabe y de diferentes religiones. Algunos crecieron en ciudades mixtas árabe-judías, otros en ciudades árabes y comunidades más pequeñas – a menudo carentes de instalaciones deportivas o equipos de fútbol donde pudieran desarrollar sus habilidades. Muchas familias se involucraron en este largo camino, dedicando sus vidas a que sus hijos pudieran tener éxito.

Malek, el padre del defensa israelí Karem Jaber (cuyo club es el Maccabi Netanya), dice que desde muy pequeño su hijo “jugaba descalzo en el barrio”. Vio el amor de su hijo por el juego, pero debido a que no hay un club de fútbol en Jaljulya (cerca de Kfar Sava), sabía que invertir en la carrera de su hijo sería muy costoso – comenzando con clubes extracurriculares e incluyendo uniformes deportivos, campamentos de entrenamiento y pupos.

Se requirió un consejo externo para ayudar al Jaber mayor a entender que era algo que valía la pena intentar. “En cierto momento, mi vecino me dijo que Karem tenía mucho talento, así que decidí darle la oportunidad”, recuerda Malek.

Él cree que el fútbol cambió la vida de su hijo. “De un niño hiperactivo y travieso, de repente desarrolló una fuerte disciplina. Nunca le dije que se fuera a dormir temprano; se acostaba solo a las 10 de la noche. Es el mejor hijo que podría pedir”.

Además de los costos financieros, Karem Jaber también necesitaba apoyo adicional de los padres. “Lo acompaño a todos lados. Salía temprano del trabajo y corría para conducirlo a las ciudades judías cercanas, porque no había autobuses en nuestro vecindario”, dice Malek.


Karem Jaber jugando para Israel la semana pasada. Desde pequeño “jugaba descalzo en el barrio”, dice su padre. Foto: Asi Kipper/Asociación de Fútbol de Israel

“Invertimos mucho, pero también recibimos mucho. Ver el sueño convertido en realidad ahora eclipsa todos los años difíciles que soportamos. Estábamos tan emocionados que mi hija y yo volamos un día solo para ver a Karem. Me hizo el padre más feliz del mundo”.

Malek espera que su hijo pueda inspirar a otros padres de la comunidad árabe a invertir en sus hijos y darles algo por lo que trabajar, en lugar de caer potencialmente en la delincuencia.

“A pesar del tiempo que toma, lo principal es que los niños desarrollen su potencial. No tenemos otra opción – tenemos que crear un buen futuro para nuestra sociedad”, dice.

“[Karem] me habla conmigo todos los días y sus amigos también; todos ellos son disciplinados y hablan con entusiasmo de las victorias y de sus experiencias. Estoy seguro de que sus padres siguieron un camino similar y no se dieron por vencidos”.

Otra joven estrella de Jaljulya es Anan Khalaili, jugador ofensivo del Maccabi Haifa que antes de la Eurocopa de este mes también participó en el Mundial Sub-20 de Argentina.

“El sábado tuve sentimientos encontrados”, dice su madre, Jihan, sobre la victoria del equipo en los cuartos de final por penales sobre Georgia (los israelíes finalmente perdieron 3-0 ante Inglaterra en la semifinal). “Por un lado, quiero que triunfe tanto como sea posible. Por otro lado, hace casi dos meses que no veo a mi hijo”.

Esta es la primera vez que Khalaili, de 18 años, ha estado fuera de casa durante tanto tiempo, y la familia está teniendo dificultades para digerir el hecho de que su hijo pequeño – que se fue al extranjero como un desconocido – regresará como una estrella.

“De repente, en un mes y medio, no hay nadie que no conozca a Anan”, dice su padre, Majdi. “Lo admiran tanto como a un jugador que ha estado jugando durante años en la liga superior”.

Majdi también es consciente de las posibles consecuencias negativas de la publicidad repentina, pero parece estar preparado para eso: “Lo ayudaremos y lo apoyaremos”.

La familia de Khalaili no esperaba que jugara en los cuartos de final contra Georgia. Todos estaban extremadamente tensos cuando pateó uno de los penaltis en la tanda decisiva después de que el partido terminara 0-0.


Anan Khalaili celebrando un gol contra Brasil en San Juan, Argentina, el mes pasado. Foto: Agustín Marcarian/Reuters

“Salí de la habitación y les dije que me llamaran solo si entraba la pelota”, recuerda la mamá Jihan. “Recién después vi el tiro penal. Todo el mundo me decía: ‘Ese es tu hijo, metió un tiro penal; mostró autocontrol y no se dejó llevar’. Después del partido hizo una video llamada para agradecernos. Estaba tan emocionado; nunca pensó que sería elegido para ejecutar un tiro penal”.

Los Jaber dicen que el éxito de su hijo se ha celebrado más allá del hogar familiar. “Las reacciones que recibimos son realmente conmovedoras”, dice Malek. “Siento como si hubiera nacido una leyenda del fútbol local. Estoy seguro de que Karem influirá en otros niños de la comunidad y creerán que pueden ser como él”.

Malek dice que su familia no se molesta si toda la comunidad árabe no está celebrando con ellos – luego están los problemas sociales más amplios; jugadores de fútbol árabes mayores como Mohammad Abu Fani y Munas Dabbur fueron objeto de abusos racistas mientras jugaban para la selección absoluta de Israel.

“No somos políticos y no estamos interesados en participar en política”, dice Malek Jaber. “Somos ciudadanos del país – por lo que naturalmente también somos parte del equipo. Mi hijo está cumpliendo su sueño y nadie está más feliz que nosotros”.


Hamza Shibli, a la izquierda, y Anan Khalaili celebrando un gol el mes pasado. «Anan es un niño que provocará revoluciones», dice su madre.
Foto: Ricardo Mazalán/AP

El éxito de los jóvenes significa que, por primera vez en 48 años, Israel enviará atletas árabes a los Juegos Olímpicos del próximo verano. “Pensar que Anan estará en los Juegos Olímpicos es emocionante después de tantos años sin jugadores árabes. Pero siempre he creído y he estado convencida de que Anan es un niño que provocará revoluciones”, declara la madre Jihan.

“Es por eso que no me sorprende que se hable de equipos europeos que lo quieren – él establece una meta y la alcanza”, agrega, refiriéndose a las especulaciones de que Khalaili pronto podría ser vendido a un club extranjero.

Durante años, dice, lo llevaba a los juegos y se aseguraba de que comiera alimentos saludables. Sobre todo, ella dedicó tiempo a su educación.

“El principal valor de la casa era la educación y los estudios – el fútbol era un extra para nosotros. Anan se graduó [de la escuela secundaria] como un estudiante exitoso; con mucho esfuerzo pudimos encajar todo”, dice.

“Hacía un cronograma claro; nos sentábamos a hacer los deberes hasta bien entrada la noche. Yo lo ayudaba mucho con sus tareas escolares y su padre invertía mucho en el fútbol. A menudo nos preguntaban si no estábamos hartos y cansados de eso. Bueno, fue difícil, pero hoy estamos recogiendo los frutos”.


Shibli después de marcar un gol el mes pasado. “Ver a mi hijo recibir una medalla del presidente de la FIFA me estremece”, dice su padre.
Foto: Ricardo Mazalán/AP

Otro jugador que fue a la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA como un desconocido y que ha impresionado es el extremo Hamza Shibli – que proviene de Shibli, un pequeño pueblo en el norte de Israel. Como ocurre con muchas otras comunidades árabes, la infraestructura deportiva es casi inexistente.

“Ver a mi hijo – que ahora también tiene una oportunidad en el campo de entrenamiento del campeón [israelí] Maccabi Haifa – recibir una medalla del presidente de la FIFA me estremece”, dice su padre, Yusuf. “No hay duda de que para que un niño de esta comunidad tenga éxito, debe tener un padre que lo apoye.

“En los últimos 10 años comí en el auto más a menudo que en cualquier mesa – lo principal era llevarlo a las prácticas y a las canchas de fútbol en las comunidades aledañas. Lo esperaba hasta que terminara y luego lo recogía. Si quería practicar durante las vacaciones, tenía que llevarlo a lugares lejanos – aquí no tenemos cancha de fútbol. Fue difícil.»

Aun así, Yusuf siempre creyó en su hijo y sabía que era mejor que llegara el día en que diría que lo intentó todo, en lugar de no intentarlo en absoluto.

“Mi hijo vio por lo que estaba pasando. Vio cuánto me exigía, y sé que ha esperado el momento para pagármelo”, dice Yusuf. “Cuando invitaron a Hamza a unirse al equipo [israelí], el pueblo de Shibli se volvió loco”.

Yusuf cuenta cómo el sentido de orgullo y misión de un solo niño efectuó el cambio. “Hoy me siento como el alcalde – en todas partes me felicitan y me preguntan cómo le fue tan bien a mi hijo. Respondo que es con mucho talento. Y cuando Hamza está conmigo, responde que es gracias a mí. El hecho es que tiene razón: el apoyo de los padres marca la diferencia. Creímos en él y le dimos todo nuestro apoyo, y hoy los niños quieren ser como él.

“Espero que el éxito de Hamza llame la atención de los tomadores de decisiones y que inviertan más en deportes en las comunidades árabes – porque el potencial está ahí. Pero si no tuviera una licencia de conducir, Hamza no lo habría logrado”.

 

Traducción: Consulado General H. de Israel en Guayaquil
Fuente: Haaretz
https://www.haaretz.com/israel-news/2023-07-06/ty-article-magazine/.premium/the-arab-israeli-soccer-moms-and-dads-driving-their-sons-to-success/00000189-2a52-d145-a1e9-3b76a0390000?utm_source=App_Share&utm_medium=iOS_Native



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