Es probable que las conversaciones con Irán no vayan a ninguna parte

Irán utiliza el enriquecimiento de uranio como palanca sobre la Unión Europea (UE) y Estados Unidos para obtener concesiones.

Ali Bagheri Kani Foto: Agencia de Noticias Tasnim vía Wikimedia Commons CC BY 4.0
Por Alexander Grinberg

Las conversaciones sobre el programa nuclear de Irán no han llevado a ninguna parte y, según un informe, la República Islámica está pidiendo hacer una pausa.

No obstante, las razones detrás de la improbabilidad de llegar a un nuevo acuerdo son claras. El único acuerdo que podría alcanzarse probablemente será más débil que el problemático acuerdo de 2015.

Para Irán, las negociaciones no se refieren al acuerdo de 2015, sino a la eliminación de las sanciones. Irán exige la eliminación total de las sanciones antes de cualquier otra discusión relacionada con la energía nuclear y compensaciones. Además, los iraníes rechazan las conversaciones directas con los representantes estadounidenses.

El líder iraní, el ayatolá Ali Khamenei, sigue siendo el máximo responsable de la toma de decisiones y, por lo tanto, las otras voces del gobierno no son necesariamente representativas de la política oficial. El comportamiento de los negociadores iraníes deja poco margen para la flexibilidad o el compromiso: el principal negociador iraní, Ali Bagheri Kani, ha reiterado el requisito de recibir garantías de Estados Unidos de que no abandonará el acuerdo nuclear en el caso de que sea renovado.

La Administración de Estados Unidos no puede ceder a estas demandas y no puede responder por el comportamiento futuro del próximo presidente norteamericano. Por tanto, las perspectivas de un gran avance en Viena son escasas.

Con el presidente iraní Ebrahim Raisi al frente de la presidencia del país, nada ha cambiado sustancialmente en la posición negociadora iraní. Sin embargo, Kani merece una atención especial debido a sus estrechos vínculos con Khamenei. El título oficial de Ali Bagheri Kani es viceministro de Exteriores de la República Islámica de Irán. Fue subsecretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán de 2007 a 2013. Sin embargo, su pedigrí tiene mucha más importancia que su título formal.

Es conocido por sus críticas mordaces a las negociaciones nucleares. Su padre, Muhammad Bagher Bagheri Kani, fue anteriormente miembro de la Asamblea de Expertos y su hermano Mesbah al-Hoda Bagheri está casado con la hija de Khamenei.

Kani no habla inglés y, a primera vista, su nombramiento para encabezar las conversaciones no está claro. Reporta directamente a Khamenei ya que no confía plenamente en los diplomáticos profesionales. En Irán, los vínculos informales siempre predominan sobre los nombramientos formales. La posición de Kani ilustra que la supuesta rivalidad ideológica entre moderados, reformistas e intransigentes tiene poca importancia. Solo hay una persona en Irán que sellará el destino de las conversaciones, y esa es Khamenei.

Enriquecimiento nuclear para chantajear a Occidente

A pesar de que el régimen iraní se apresura hacia el umbral nuclear, intensificando el enriquecimiento de uranio; lograr un arma nuclear aún está lejos. El régimen utiliza el enriquecimiento de uranio como palanca sobre la UE y Estados Unidos para obtener concesiones.

Lograr una capacidad nuclear requiere cumplir objetivos técnicos específicos, como el desarrollo de un dispositivo explosivo con una ojiva nuclear, que Irán aún no ha construido según la información de fuente abierta. A continuación, se debe desarrollar un misil balístico que lleve la carga útil nuclear con un buen alcance y precisión.

Además, la capacidad nuclear se demuestra mediante la realización de una prueba nuclear. Sin embargo, Irán aún no está cerca de llegar a esta etapa. Por lo tanto, realizar pruebas nucleares desacreditaría inmediatamente todas las afirmaciones iraníes de que su programa nuclear es pacífico. Al mismo tiempo, Irán no tiene la capacidad de utilizar modelos matemáticos y supercomputadoras para imitar una prueba nuclear. Sin embargo, estas etapas ponen de relieve un problema técnico para Irán que busca superar. Si no se detiene ahora, será más difícil detener su programa nuclear más adelante.

Los problemas domésticos continúan

Mientras tanto, el tiempo no corre a favor del régimen, ya que la situación socioeconómica en Irán sigue deteriorándose. El gobierno de Raisi no ha desarrollado una política coherente para aliviar las dificultades internas. Irán sufre de escasez y mala gestión de los recursos hídricos. El secado del lecho del río Zayandeh y los cortes de agua provocaron protestas a gran escala por parte de los agricultores en la provincia de Isfahán, la tercera ciudad más grande de Irán.

Los cuerpos policiales incluyeron a combatientes de las fuerzas paramilitares Basij y el Fatemiyoun afgano que dispararon gases lacrimógenos y munición real contra los manifestantes. Al menos 200 personas fueron detenidas.

Aunque el régimen ha sofocado las protestas, nada descarta su reanudación en otras ciudades iraníes y en otros asuntos. En principio, la protesta socioeconómica está permitida en Irán, pero cada protesta corre el riesgo de volverse contra el régimen. La gente coreó consignas como «Abajo el dictador» en muchas manifestaciones.

La protesta en Isfahan se produce cuando una manifestación similar en Juzestán tuvo lugar en el verano, también debido a problemas del agua. Las dificultades solo aumentan y el régimen no tiene medios para resolverlas. El gobierno no se hace más fuerte sino más débil. Como resultado, se vuelve más intransigente y depende cada vez más de la represión brutal.

Aunque la eliminación de las sanciones es indispensable para la economía de Irán; no mejorará sustancialmente las condiciones de vida de la población. Por el contrario, a medida que la situación socioeconómica se siga deteriorando, el régimen dedicará más recursos al control de la población.

El régimen se encuentra en una posición difícil ya que cualquier mejora depende de reformas que el gobierno no puede permitirse. Las reformas conducirían inevitablemente a algunos cambios ideológicos y legales, que socavarían los principios ideológicos del régimen y su supervivencia política. Khamenei se adhiere firmemente a los fundamentos de la ideología khomeinista; por lo tanto, no es probable que se produzcan cambios importantes a excepción de modificaciones tácticas a corto plazo.

Conclusiones para la política de Israel

Las especulaciones israelíes y extranjeras sobre ataques a las instalaciones nucleares de Irán son contraproducentes. Crean una obsesión innecesaria con la idea de que un ataque israelí es la única opción viable para prevenir la inminente amenaza nuclear.

Peor aún, la obsesión por los bombardeos cataloga a Israel como un agresor y limita el debate estratégico a un solo asunto, que es si tal ataque es técnicamente posible y si pondrá fin al programa nuclear de Irán.

Israel también debe abstenerse de dar la impresión de que el liderazgo israelí intenta llevar a Estados Unidos a un conflicto militar con Irán o descarrilar intencionalmente los esfuerzos estadounidenses para llegar a un acuerdo. Tal impresión proporcionará munición a los círculos antiisraelíes en Estados Unidos.

La presentación de la amenaza iraní como un peligro para el mundo entero es contraproducente; no solo porque es falsa en los hechos, sino porque indica el temor y la debilidad de Israel. Si esta u otra amenaza no es nada menos que un nuevo Hitler, no hay más espacio para el debate; hay que eliminar inmediatamente la amenaza.

Las capacidades militares de Irán, como sus misiles y sus representantes [proxies] armados, no deben ocultar que el régimen trabaja duro para ocultar su frágil y atrasado estado. Militarmente, es un tigre de papel.

En lugar de avivar el sentimiento de una catástrofe inminente, los líderes de Israel deberían aclarar mejor que responsabilizarán al régimen iraní de cualquier ataque contra sus ciudadanos. Ningún funcionario o activo del régimen se mantendrá a salvo de una respuesta israelí. Al amenazar a Israel, el régimen está jugando con fuego.

Sin embargo, los mensajes al régimen iraní deben matizarse y transmitirse a través de varios canales según su objetivo. Por ejemplo, los mensajes destinados a disuadir al régimen de acciones concretas contra Israel deben ser tranquilos y discretos para mantener su credibilidad. Entonces, la mejor manera es hablar menos y hacer más.

Israel debe redoblar sus esfuerzos para llegar al pueblo iraní que sufre bajo el yugo de la tiranía islamista. La disputa no es entre los pueblos de Israel e Irán. Fue Ciro el Grande, el rey de Persia, quien permitió que los judíos regresaran a la tierra de Israel. Además, Irán e Israel fueron aliados contra los intentos panárabes de unir al mundo árabe.

Fuente: JISS The Jerusalem Institute for Strategy and Security

 

Fuente: Aurora Digital 
https://aurora-israel.co.il/es-probable-que-las-conversaciones-con-iran-no-vayan-a-ninguna-parte/



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