17 Dic Cuando los hitos son complicados

5 herramientas que ayudaron a nuestra familia en duelo a reconocer nuestro dolor, hacer crecer nuestra resiliencia y funcionar

Pamela Becker

El hijo de Pamela camino a alistarse. (Cortesía)

Hoy voy a llevar a mi hijo a su primer día en el ejército. Es un gran hito para los adolescentes israelíes. Otro hito que se perderá su papá, que murió pocos días después de que él cumpliera 5 años.

Ha pasado tanto tiempo… más de 13 años. El dolor, aunque sigue ahí, ya no es reciente. Lo comparo con cualquier otra condición crónica que se pueda controlar e incluso tratar. Pero algunos días, como en estos grandes hitos, siento el estallido de tristeza y pérdida, y sobre todo lamento que Jeremy, quien se mudó a Israel desde el Reino Unido con el sueño de construir una familia israelí, no pueda ser testigo del gran hombre que se ha convertido su hijo.

Estamos en transición como familia, de los hitos de la niñez a los de la edad adulta. Terminar la escuela primaria, hacer el bar mitzvah, obtener una licencia de conducir, graduarse de la escuela secundaria y ahora, irse de casa al ejército. Si bien estoy súper orgullosa de mis hijos, estos hitos me afectan mucho.

Después de la pérdida de un padre joven, los hitos de los niños son complicados. Me pareció dulce que mi hijo le pidiera a mi esposo, su padrastro durante más de 10 años, que lo llevara a comprar el equipo que necesita. Pero también fue triste.

A veces me pregunto cómo la pérdida de su padre tan joven ha dado forma a los jóvenes adultos en que se han convertido mis hijos. Se ha realizado una amplia investigación sobre el impacto de perder a un padre antes de los 12 años, la mayoría para identificar las mejores formas de apoyarlos en los años posteriores a la pérdida. Sin embargo, se informa poco sobre los efectos a largo plazo, en parte debido a la dificultad de realizar dicha investigación. Después de todo, ¿cómo comparo el bienestar emocional de mis hijos con las personas que habrían sido si su padre hubiera vivido y los hubiera criado?

El hijo de Pamela, que se está alistando, cuando era pequeño. (Cortesía)

Crie a nuestros afligidos hijos mientras yo misma extrañaba a mi esposo y a la familia que se suponía que éramos. Jeremy había estado en casa la mayor parte de los 14 meses desde su diagnóstico hasta su muerte, y a menudo digo que cuando murió, nuestros hijos pasaron de tener dos padres a tener la mitad de uno. Definitivamente fue difícil, pero en retrospectiva, estas son las cosas que funcionaron para nuestro pequeño grupo:

• Cercanía – mis padres bromeaban sobre que no era necesario que los niños tuvieran dormitorios, ya que los tres dormían en mi cama conmigo.
• Desfogues seguros para la ira – animé a los niños a golpear un árbol con un palo o romper platos para expulsarla. Y golpeé y rompí junto con ellos.
• Comunidad – aunque mi primer instinto fue encerrarme, participamos en reuniones multifamiliares como caminatas de fin de semana y fiestas y excursiones relacionadas con la escuela.
• Normalidad – interacción con otros niños que se han enfrentado a algo similar. Creamos el Círculo de Jeremy, que organiza días de diversión familiar para las familias que enfrentan el cáncer o la pérdida por el cáncer en sus familias jóvenes, en parte con este propósito.
• Respetar el dolor – esto tomó más tiempo para aprender. Al aceptar y lidiar con los brotes de dolor – a veces inesperados y a veces provocados por hitos – en lugar de resistirlos o negarlos, volvemos al equilibrio más rápidamente.

Al ver a los padres emocionados dejar a sus hijos en el punto de recogida del ejército, sé que estos hitos son felices, aterradores y complicados para casi todos, no solo para mí. Y mientras mis hijos estiran sus extremidades y crecen hasta ser adultos, yo los vigilo y cuido tanto por Jeremy como por mí. Es un privilegio que valoro todos los días.

Traducción: Consulado General H. de Israel en Guayaquil
Fuente: The Times of Israel
https://blogs.timesofisrael.com/when-milestones-are-complicated/