El cofundador de los talibanes dice que los desmembramientos y las ejecuciones volverán

«Nadie nos dirá cuáles deberían ser nuestras leyes», dice el mulá Nooruddin Turabi, insistiendo en que el código legal revivido de Afganistán será guiado nuevamente por el Corán.

Por Kathy Gannon

El líder talibán, el mulá Nooruddin Turabi posa para una foto en Kabul, Afganistán, el 22 de septiembre de 2021. (AP Photo / Felipe Dana)

Kabul, Afganistán (AP) – Uno de los fundadores de los talibanes y el principal ejecutor de su dura interpretación de la ley islámica cuando gobernaron por última vez en Afganistán dijo que el movimiento de línea dura volverá a llevar a cabo ejecuciones y amputaciones de manos, aunque tal vez no en público.

En una entrevista con The Associated Press, el mulá Nooruddin Turabi desestimó la indignación por las ejecuciones por parte de los talibanes en el pasado, que a veces sucedieron frente a multitudes en un estadio, y advirtió al mundo que no interfiera con los nuevos gobernantes de Afganistán.

«Todos nos criticaron por los castigos en el estadio, pero nunca hemos dicho nada sobre sus leyes y sus castigos», dijo Turabi a The Associated Press, hablando en Kabul. “Nadie nos dirá cuáles deberían ser nuestras leyes. Seguiremos el Islam y haremos nuestras leyes sobre el Corán».

Desde que los talibanes invadieron Kabul el 15 de agosto y tomaron el control del país, los afganos y el mundo han estado observando para ver si recrearán su duro gobierno de finales de la década de 1990. Los comentarios de Turabi señalaron cómo los líderes del grupo permanecen arraigados en una cosmovisión profundamente conservadora y de línea dura, incluso mientras están adoptando cambios tecnológicos, como el video y los teléfonos móviles.

Turabi, que ahora tiene poco más de 60 años, fue ministro de Justicia y jefe del llamado Ministerio de Propagación de la Virtud y Prevención del Vicio – en realidad, la policía religiosa- durante el gobierno anterior de los talibanes.

Hombres afganos, a quienes los combatientes talibanes les cortaron los dedos como castigo por votar, descansan en un hospital en Herat, Afganistán, el 15 de junio de 2014. (AP Photo / Hoshang Hashimi)

Turabi dijo que esta vez los jueces – incluidas las mujeres – juzgarán los casos, pero la base de las leyes de Afganistán será el Corán. Dijo que se restablecerían los mismos castigos.

«Cortar manos es muy necesario para la seguridad», dijo, e indicó que tenía un efecto disuasorio. Dijo que el gabinete estaba estudiando si aplicar castigos en público y «desarrollará una política».

En los últimos días en Kabul, los combatientes talibanes han revivido un castigo que solían usar en el pasado – avergonzar públicamente a hombres acusados ​​de pequeños robos.

En al menos dos ocasiones durante la última semana, se ha trepado a hombres de Kabul en el balde de una camioneta, se les ató las manos y se los paseó así para humillarlos. En un caso, les pintaron la cara para identificarlos como ladrones. En el otro, se les colgó del cuello o se les metió en la boca pan viejo. No quedaron claro de inmediato cuáles fueron sus crímenes.

Con un turbante blanco y una barba blanca tupida y descuidada, el fornido Turabi cojeaba ligeramente por su pierna artificial. Perdió una pierna y un ojo durante los combates con las tropas soviéticas en la década de 1980.

Bajo el nuevo gobierno talibán, está a cargo de las prisiones. Se encuentra entre varios líderes talibanes, incluidos miembros del gabinete interino compuesto exclusivamente por hombres, que figuran en una lista de sanciones de las Naciones Unidas.

Afuera del ministerio de educación, en el corazón de Kabul.  La víctima fue acusada de robar un teléfono celular.  Justicia al estilo de los talibanes en el corazón de Kabul.

Durante el anterior régimen talibán, fue uno de los ejecutores más feroces e intransigentes del grupo. Cuando los talibanes tomaron el poder en 1996, uno de sus primeros actos fue gritarle a una periodista, exigirle que abandonara una sala con hombres y luego darle una fuerte bofetada a un hombre que se opuso.

Turabi era conocido por arrancar cintas de música de los autos y colgar cientos de metros de casetes destruidos en árboles y letreros. Exigió que los hombres usaran turbantes en todas las oficinas gubernamentales y sus secuaces golpeaban rutinariamente a los hombres cuyas barbas habían sido recortadas. Los deportes estaban prohibidos y la legión de ejecutores de Turabi obligaba a los hombres a ir a la mezquita a orar cinco veces al día.

En la entrevista de esta semana con AP, Turabi habló con una periodista.

“Hemos cambiado del pasado”, dijo.

Dijo que ahora los talibanes permitirían la televisión, los teléfonos móviles, las fotos y los videos «porque esta es la necesidad de la gente y nos lo tomamos en serio». Sugirió que los talibanes veían los medios de comunicación como una forma de difundir su mensaje. “Ahora sabemos que en lugar de llegar a solo cientos, podemos llegar a millones”, dijo. Agregó que si los castigos se hacen públicos, entonces las personas pueden grabar videos o tomar fotos para difundir el efecto disuasorio.

Estados Unidos y sus aliados han estado tratando de utilizar la amenaza del aislamiento – y el daño económico que resultaría de ello – para presionar a los talibanes para que moderen su gobierno y den a otras facciones, minorías y mujeres un lugar en el poder.

Pero Turabi rechazó las críticas sobre el anterior gobierno talibán, argumentando que había logrado traer estabilidad. “Teníamos total seguridad en todas las partes del país”, dijo sobre el final de la década de 1990.

Conductores y pasajeros afganos atrapados en un atasco de tráfico miran a combatientes talibanes que van en la parte trasera de una camioneta en Kabul, Afganistán, el 20 de septiembre de 2021. (Foto AP / Felipe Dana)

Incluso mientras residentes de Kabul expresan temor por sus nuevos gobernantes talibanes, algunos reconocen a regañadientes que la capital ya se ha vuelto más segura en el último mes. Antes de la toma de posesión de los talibanes, bandas de ladrones deambulaban por las calles y la inseguridad había sacado a la mayoría de la gente de las calles después del anochecer.

“No es bueno ver que estas personas sean avergonzadas en público, pero detiene a los criminales porque cuando la gente lo ve, piensan ‘No quiero que ese sea yo’”, dijo Amaan, dueño de una tienda en el centro de Kabul. Pidió ser identificado por un solo nombre.

Otro comerciante dijo que era una violación de los derechos humanos, pero que también estaba feliz de poder abrir su tienda después del anochecer.

 

Traducción: Consulado General H. de Israel en Guayaquil
Fuente:
The Times of Israel

https://www.timesofisrael.com/taliban-cofounder-says-dismemberments-executions-to-return/



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