La tragedia de Beirut y el sometimiento a los cristianos


Hazem Saria
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(Ynet)

Opinión. La explosión del puerto ocurrió en una zona cristiana y la mayoría de las víctimas pertenecen a ese sector. Tal como ocurre hace 100 años, sectores políticos musulmanes intentan esquivar sus responsabilidades.

En la semana del primer aniversario de la explosión del puerto de Beirut, 28 miembros de la Cámara de Representantes del Líbano difundieron un curioso proyecto para dar con los responsables de la tragedia: exigen que la causa sea juzgada por un Consejo Supremo de Jefes de Estado y Ministros designado por el parlamento. En otras palabras: pretenden juzgarse a ellos mismos.

El pedido no solamente intenta perturbar el trabajo de Tariq Al Bitar, el valiente juez que lidera la investigación sobre la explosión. Es también una bofetada a los libaneses en general, a las víctimas de la explosión y a sus familias. Y una declaración que niega la verdad y le otorga legitimidad a los responsables de decenas de muertes.

Dada la estructura étnica del Líbano, el pedido de estos legisladores es una flagrante injusticia hacia la minoría cristiana. La zona de la explosión y la gran mayoría de las víctimas eran cristianas. Y la identidad étnica de los firmantes no refleja esa situación: 13 representantes musulmanes chiítas, 11 sunitas y 4 cristianos, de los cuales dos ingresaron al parlamento como representantes de los partidos chiítas Amal y Hezbollah.


La mayoría de las víctimas de la tragedia del puerto de Beirut fueron libaneses cristianos.
(AFP)

El caso recuerda a otros hechos recientes que evidenciaron la inferioridad de fuerza de la comunidad cristiana libanesa respecto a los musulmanes. Uno fue el llamado de los tres partidos musulmanes (Amal , Hezbollah y Al-Mustaqbal) para intervenir en conflictos regionales sin consultar ni preocuparse por la postura de sus “socios de la patria”. Otra señal inequívoca para los cristianos fue el desprecio generalizado hacia el sector durante la intervención de Siria en el Líbano, entre 1976 y 2005.

Estos episodios son parte de una historia libanesa que siempre marginó políticamente a los cristianos, con o sin el auspicio sirio. Y la respuesta cristiana a veces solamente fortaleció su marginalidad: en 2006, por ejemplo, los cristianos se unieron con Hezbollah pensando que una alianza de minorías era lo correcto. Pero esa unión solamente perjudicó los intereses del Líbano en general y de los cristianos en particular.

La alianza chiíta-cristiana apoyó al régimen sirio de Bashar Al Asad que continúa matando a su pueblo de todas las maneras posibles e importa fuerzas extranjeras para completar la misión. También fue funcional al discurso de Hezbollah que se presenta como el defensor legítimo del Líbano ante Israel, una postura que cada vez pierde más apoyo entre los libaneses. En otras palabras, la participación cristiana en la alianza solamente agudizó la polarización de la sociedad libanesa, y el objetivo de ofrecer una opción de contrapeso a la mayoría musulmana sunita.


Esta semana se cumplió un año de la trágica explosión en el puerto de Beirut.
(AP)

El juicio por la tragedia del puerto de Beirut es un capítulo más de una historia que se repite desde mediados de siglo XIX, en un país que desde entonces se enfrenta a las mismas preguntas: ¿Puede la política libanesa producir una fórmula que aborde la mayoría musulmana y reconozca los derechos de las minorías?

El escándalo actual, el escape a las responsabilidades por la explosión del puerto a través de un “Consejo Supremo”, es apenas la punta del iceberg del problema fundamental del Líbano. Un drama que está presente todos los días, a toda hora, a la espera de una solución desde hace más de 100 años.

*Hazem Saria es un publicista libanés. El artículo completo se publicó en el diario londinense Asharq al-Awsat.

 

Fuente: Ynet Español
https://www.ynetespanol.com/global/opinion/article/ry1rlcyky



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