Las piedras y los cohetes no hablan, pero matan

Por José Ignacio Rodriguez Cancio

Monte del Templo de Jerusalén – Foto: Policía de Israel

El fondo arqueológico de Israel es incalculable y cada día se descubren nuevos yacimientos que nos cuentan la historia milagrosa de Israel.

Todo parece indicar, que una nueva excavación ha sido encontrada por los árabes palestinos en la explanada donde actualmente están las mezquitas y en donde estuvo el Templo de Salomón con sus posteriores reformas y ampliaciones. Una “excavación” que ha sacado a la luz miles y miles de piedras arrancadas de todo lugar posible para lanzarlas contra los judíos que rezan en el Kotel y contra la policía que se encarga de garantizar el buen orden en la mencionada explanada.

En el último viaje que hicimos a Israel, antes de la pandemia, tuvimos la oportunidad de subir a la explanada en el contexto de un recorrido con objetivos didácticos. Todo era novedoso en cierta manera, a pesar de la milenaria historia que algunas de sus piedras contaban en audible silencio. La conocida frase “las piedras hablarían” me hizo pensar lo que estarían diciendo aquellas piedras y aquella cúpula dorada en la que todo se enfocaba.

Las piedras no nos hablaron de forma audible, pero dicen mucho a aquellos que tienen el oído entrenado a escuchar el sonido del silencio. Por todos los lados había restos que no se podían ni siquiera tocar, pero un grupo de la Autoridad de Antigüedades de Israel estaba tomando imágenes, fotografía y vídeo, para dejar constancia de lo que había por entonces en aquel lugar. Por muchos años los árabes excavaron y tiraban los restos fuera del recinto de la explanada, aunque posteriormente arqueólogos e interesados encontraron con el tiempo pequeños objetos o parte de ellos que hablaban de la historia de Israel.

Los lugares supuestamente santos para el islam y las también supuestas piedras santas han sido acumuladas, en grandes cantidades, para ser lanzadas contra los judíos, los infieles y contra la policía que cuida de la libertad religiosa del lugar. Las imágenes de grandes montones de piedras arrancadas con rabia y saña no son para reconstruir nada sino para destruirlo todo. Unas piedras que están ensangrentadas con odio y muerte. La explanada es hoy en día un lugar destruido, sucio, quemado y violado en su santidad por los mismos árabes que dicen respetar tan especial punto de encuentro.

La intervención de Hamás desde hace mucho tiempo, no solo en estos días, induciendo a la violencia contra Israel y al asesinato de judíos ha desatado la que posiblemente no será la tercera intifada, sino la última. Si Israel así lo quiere así será y todo parece indicar que va por esa necesaria línea de actuación.

La lluvia de cohetes sobre Israel son el preludio de la tormenta que se le avecina a Hamás y los demás grupos terroristas que anidan en Gaza. Los medios hablan de milicias islámicas, pero son sencillamente terroristas islámicos. Los matices son importantes para entender de qué y de quién se habla. Más de 1.050 cohetes o misiles han sido lanzado por los terroristas de Hamás desde Gaza contra la población civil de Israel ¿Alguien se piensa que esto le va a salir gratis a Hamás? Esta vez no. Las piedras y los cohetes no hablan, pero matan. Recemos por la victoria de Israel sobre sus enemigos que es la única forma efectiva de alcanzar la anhelada paz.

 

Fuente: Aurora Digital
https://www.aurora-israel.co.il/las-piedras-y-los-cohetes-no-hablan-pero-matan



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