El tratamiento de Trump y la insistencia de una médica israelí

Donald Trump, presidente de Estados Unidos, sostiene una mascarilla.

En abril, cuando su efectividad era cuestionada, la doctora Mijal Dekel promovió en Israel la aplicación de dexametasona contra el COVID-19. Seis meses después le suministraron esa droga al presidente de EE.UU.

El presidente estadounidense Donald Trump se enfermó de coronavirus y según sus médicos su condición está mejorando, a tal punto que se anunció que pronto podría regresar a la Casa Blanca y el domingo durante unos minutos abandonó el hospital militar Walter Reed para saludar a sus seguidores.

Sin embargo, Trump debió recibir asistencia de oxígeno por una saturación en sangre inferior al 94% y provocó que sus médicos lo trataran con dexametasona. Se trata de un fármaco que al comienzo de la pandemia no presentaba evidencias de efectividad contra el COVID-19, pero que la doctora israelí Mijal Dekel insistió en usarlo en sus pacientes graves del hospital Ichilov de Tel Aviv.

La dexametasona es un esteroide que generalmente sirve para tratar inflamaciones corporales producto de alergias, problemas de piel y otras enfermedades. La universidad de Oxford, tiempo después de que Dekel lo ordenara a sus pacientes, demostró a través de estudios que reduce un tercio la tasa de mortalidad del coronavirus.

Desde abril la doctora Dekel promueve el uso de dexametasona para pacientes con COVID-19.

“En las primeras etapas de la enfermedad se inflaman pequeños vasos sanguíneos y eso causa una reacción turbulenta del cuerpo, que se ataca a sí mismo. Por eso entendimos que atacar la inflamación era eficaz en pacientes con COVID-19”, le contó la doctora Dekel a Ynet sobre la decisión que tomó en abril.

La primera vez que Dekel sugirió utilizar la dexametasona su posición no tenía adeptos por la falta de evidencias. “La mayoría de los tratamientos debe basarse en hechos e investigaciones, pero cuando se trata de una enfermedad desconocida se debe tratar según los principios que se conocen de otras enfermedades, confiar en nuestro sentido común”, argumenta la profesional israelí.

Según los datos que dispone la doctora Dekel, la utilización de dexametasona para el tratamiento de Trump es un indicio de que su enfermedad está en una fase avanzada debido al comportamiento habitual del coronavirus: en una primera etapa presenta síntomas como malestar, tos y fiebre; y en una segunda etapa aparecen complicaciones que si no se tratan adecuadamente pueden conducir a un colapso.

Trump, diagnosticado con coronavirus, salió del hospital para saludar a sus seguidores.

“En el tratamiento del coronavirus es muy importante comprender la etapa de la enfermedad que atraviesa el paciente para dar con el tratamiento adecuado, y supongo que los médicos de Trump son de los mejores del mundo que leyeron toda la información e investigaciones”, afirmó Dekel. “El propio Trump pareciera no conocer las etapas de la enfermedad, pero es algo muy común sentirse bien poco antes del colapso”, agregó.

El equipo médico de Trump informó que el presidente no presenta fiebre desde el viernes, sus signos vitales están estables y la saturación de oxígeno en sangre volvió a la normalidad en una tasa del 98%. También indican que se le aplicó una segunda dosis del antiviral Remdesivir su hígado y riñones funcionan bien.

 

Fuente: Ynet Español



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