08 Sep Así es como la soledad afecta al cerebro
Una persona en pareja se puede sentir mas sola que una soltera.
Un nuevo estudio descubrió que la actividad cerebral de las personas solitarias es diferente a la de personas sociables. La doctora Keren Ben-Itzhak, experta en neurociencia, explica cuáles son esas diferencias, por qué la soledad no es un hecho sino un sentimiento subjetivo y cómo se puede reducir.
Es temprano y estamos en los días de cierre general por coronavirus. En mi teléfono móvil empiezan a acumularse los mensajes. Son de mi bella amiga D: “Perdoname que te diga esto, pero te olvidaste de mi”, me dice. En los mensajes siguientes desarrolla la idea. Que se odia a sí misma, que no puede seguir así ni un día más y que cree que a ninguna de sus amigas le importa.
Al principio no entendí qué le pasaba. ¿Alcanza con un mes de distanciamiento social para volverse loco? Qué caprichosa, pensé. ¿No escuchó las noticias sobre los ancianos que de verdad están solos? Pero me detuve un momento y me di cuenta que a mi tampoco se me había hecho fácil, que yo también había tenido pensamientos negativos que me habían hecho sentir más sola que nunca.
No solo las personas mayores sufren la soledad.
No hay duda de que somos seres sociales. Necesitamos del contacto social para estar bien física y emocionalmente. Pero la soledad no es solo un sentimiento específico que cargamos sobre nuestra espalda. Un nuevo estudio reveló que la soledad tiene una manifestación visible en nuestro cerebro.
El aislamiento influye sobre el cerebro
En un estudio publicado este mes en la revista científica Journal of Neuroscience, científicos estadounidenses lograron demostrar a través del método de imagen por resonancia magnética que un escaneo permite ver en la actividad cerebral la sensación de soledad de una persona.
Según ellos, las personas sociables presentan una actividad cerebral similar cuando piensan en sí mismas y/o en otras personas. Por el contrario, la actividad cerebral de las personas solitarias es más compleja y se pueden distinguir patrones de actividad diferentes cuando piensan en sí mismos que cuando piensan en los demás.
La actividad cerebral es más compleja en personas solitarias.
Los investigadores sostuvieron la hipótesis de que nuestro cerebro mapea las relaciones interpersonales que mantenemos. Las diferencias en este mapa y los cambios que se producen en él pueden ayudarnos a comprender mejor a quienes se sienten soledad y alienados. “Cuanto más sociable es una persona y más conexión tiene con personas a quienes considera importantes y cercanas, más se desarrolla el lóbulo frontal del cerebro”, explica la doctora neurocientífica Keren Ben-Itzhak. “Se trata de un área muy sofisticada exclusiva de los seres humanos y conocida por sus complejas capacidades”, agrega.
– ¿A qué capacidades se refiere?
– Son habilidades complejas como mostrar empatía y cercanía con alguien que es diferente a mí, formar una personalidad, la capacidad de contar sobre mí y caracterizarme. Por el contrario, en personas solitarias se puede ver un mapa diferente en la misma área del cerebro. Su actividad cerebral es menos equilibrada y menos continua. Se perciben a sí mismos de una manera más negativa y se sienten inseguros. El efecto es visible no solo en el lóbulo frontal sino en todas las áreas del cerebro. Puede verse que padecen de mayor cantidad de trastornos.
– ¿Qué tipo de trastornos?
– Todos aquellos relacionados a la autopercepción de una persona, la convergencia en el yo. Puede tratarse de una persona en exceso introvertida por ejemplo. Sin mencionar situaciones extremas de dificultad social o de dificultad para comprender situaciones. Todo lo que perjudique a nuestro funcionamiento cotidiano. La soledad puede conducir a problemas mentales.
El aislamiento es una sensación subjetiva
Durante el período del coronavirus la soledad fue un tema recurrente. Y no solo la de las personas mayores, sino también la que sienten hombres y mujeres solteros que viven solos y se vieron obligados a pasar el tiempo sin ver a sus familiares y amigos.
Cuando le pregunto a la doctora Ben-Itzhak si los solteros se sienten necesariamente más solos, ella explica: “No es blanco o negro. Hay personas que parecen tenerlo todo: pareja, amigos, diversas actividades de tiempo libre y sin embargo dicen que se sienten solos.
“Si una persona casada no puede compartir con su pareja o con la gente lo que está pasando, puede sentirse sola como alguien soltero”, ejemplifica la especialista en neurociencia. “También la soledad se puede ver intensificada cuando estás rodeado de otras personas, porque se genera una autocrítica del tipo ‘Tengo amigos, pareja, familia, trabajo: ¿De qué me puedo quejar?´. Pero es importante entender que estamos formados por muchas voces internas”, cuenta. “La soledad reside en la conciencia humana. No importa cuántos amigos tengamos, si estamos en pareja o solteros, la verdadera soledad es un sentimiento interno y subjetivo”, añade Ben-Itzhak.
– ¿Cómo pueden las personas detectar síntomas de soledad en sus vidas?
– Es importante entender que el número de personas solitarias es grande y que la angustia por la soledad no es una epidemia que comenzó en el siglo XXI, existe desde siempre. En mi opinión, uno debería intentar normalizar las percepciones de uno mismo. Las percepciones distorsionadas son las que producen el sentimiento de alienación. Ideas como «No valgo nada» o «No soy como todos los demás», y todo tipo de patrones de pensamiento que no nos hacen nada bien, nos producen daño y crean en nuestro cerebro una barrera entre nosotros y los demás, y esa parece ser luego la realidad. La mente es una máquina de crear realidades. Si me siento solo, estoy solo. Para lidiar con la soledad hay que reconocerla.
– ¿Diría que la mayoría de nosotros vivimos en una “saludable ilusión” que nos hace creer que estamos menos solos de lo que pensamos?
– Vivimos rodeados de todo tipo de «verdades» que nos ayudan, aunque estén lejos de la realidad. Si nos ocupamos todo el tiempo de las cosas malas que nos pueden pasar, la ansiedad hace presión sobre nuestro cerebro y no nos permite dedicarnos a las tareas del día a día. De allí a la ansiedad y la sensación de soledad hay un paso. Por lo tanto, es bueno que tengamos esa saludable ilusión”.
– ¿Qué otras cosas pueden hacer las personas en su vida diaria para reducir la soledad?
– En primer lugar mindfulness, el ejercicio de la conciencia plena. Es un entrenamiento y práctica para observar, prestar atención y percibir el entorno. Durante la práctica observo y me doy la oportunidad de escuchar y sentir. La práctica permite cuestionarse, aceptar la incertidumbre y soltar el control de cualidades y sentimientos repetitivos como el juicio y la culpa. Liberarnos de ciertos patrones de pensamiento nos permite reconocer y recordar mejores estrategias de pensamiento. Un estado mental de libertad me brinda la oportunidad de reencontrarme con el origen de la percepción distorsionada de mí mismo, una percepción que solo aumenta la sensación de soledad y angustia. A la mayoría de las personas les cuesta lidiar con el silencio, la observación y con la gran cantidad de emociones al comienzo de la práctica y se sienten incómodas, pero cuando la persona insiste en la práctica comienza una especie de viaje y se acerca a quien realmente es. Lo más importante, por supuesto, es hablar de eso. Logramos desentramar el sentimiento de soledad cuando hacemos catarsis frente a alguien y cuando sentimos que alguien nos entiende. No necesariamente requiere ir a terapia. Hablar con un amigo también ayuda.
En conclusión, la doctora Ben Yitzhak sugiere ser más optimista: “El compartir y contar sobre uno mismo, la sensación de que alguien está escuchando y comprendiendo nuestros sentimientos, son elementos de gran apoyo. Al final, nadie en el mundo puede saber lo que significa ser tú. Nadie puede saltar a tu conciencia ni conocer tu experiencia. Muchas personas que practican la meditación aprenden que la soledad es la naturaleza de la experiencia humana y que se puede lidiar con ella. A veces, en esta soledad, uno tiene incluso la oportunidad de estar consigo mismo, de escucharse y de darse el apoyo que necesita”.
Fuente: Ynet Español