19 Ago Una empresa israelí puede diagnosticar COVID-19 en múltiples pacientes en simultáneo en apenas 15 minutos
Picodya desarrolla una plataforma de diagnóstico “in vitro” (IVD) llamada B-Matrix. La empresa ahora está valuada entre 80 y 100 millones de dólares.
Después de hacer una fortuna con la venta de la empresa de riego por goteo Netafim Ltd. en 2018, el israelí Kibbutz Hatzerim vuelve a la cima, y la empresa local Picodya está a punto de completar una ronda de financiación de 10 millones de dólares en una valoración de entre 80 y 100 millones de dólares.
Hatzerim invirtió varios millones de dólares en Picodya, que ya desarrolló una plataforma de diagnóstico “in vitro” (IVD, Producto sanitario para diagnóstico por sus siglas en inglés) llamada B-Matrix. Este innovador producto es capaz de realizar un panel de pruebas y análisis creando miles de gotitas de marcador de picolitros (10-12) para muchos pacientes en paralelo. Picodya informa que los resultados se entregan en 15 a 20 minutos y el sistema puede ayudar a diagnosticar y tratar el cáncer, la disfunción cardíaca y las enfermedades infecciosas, como COVID-19, gripe y SARS (Síndrome respiratorio agudo grave).
El objetivo de la empresa es catapultar su producto para que quede en la mira de todo el mundo, desde UCI hasta hospitales de campaña, clínicas y usos de atención domiciliaria. Lo que convierte a Picodya en algo tan innovador es que puede reducir significativamente el tiempo y la mano de obra necesaria para diagnosticar los análisis de sangre, que actualmente demoran alrededor de 10 horas. Pero se espera que B-Matrix recibirá aprobación regulatoria tan sólo dentro de dos años.
Los fundadores de Picodya (desde la derecha) Tzvika Barkai, Yehuda Yavets-Chen y Eli Ben Simon.
Picodya fue fundada a principios de 2018 por Yehuda Yavets-Chen y Hatzerim. Yavets-Chen se desempeña como director de tecnología de la empresa, con Tzvika Barkai como CEO y Eli Ben Simon como presidente. Hatzerim y Yavets-Chen poseían cada uno el 50% de la empresa antes de la ronda de financiación.
«Hatzerim se centró durante los últimos 4 o 5 años en aprender cómo funcionan las nuevas empresas», dijo Barkai. «Nosotros entendimos que sería difícil crear otro Netafim (Compañía fabricante israelí de equipos de riego). Pero Hatzerim le da a Picodya todo lo que necesita desde un punto de vista administrativo, como sistemas de información y contabilidad. Todo lo que no es el núcleo del negocio se subcontrata».
Picodya recibió tres subvenciones diferentes de la Autoridad de Innovación de Israel, con su prototipo ya completado y listo para ser probado por el Instituto de Investigación Biológica de Israel en Ness Ziona.
Fuente: Ynet Español