10 Jul Mateh Yehuda: la “Toscana israelí”
Con las puertas de Europa cerradas, hicimos una visita a un paisaje lleno de viñedos, bodegas, parques y bosques. Nos referimos al Consejo Regional Mate Yehuda, y no exageramos al decir que nos hizo acordar a la famosa tierra italiana.
El verano de Israel, signado por supuesto por el coronavirus, dejará a sus ciudadanos fronteras adentro. Si bien el virus logró sacudir al mundo entero, y a la industria del turismo en particular, algunas cosas quedaron intactas. Y no nos referimos al calor y a la humedad de esta época en esas latitudes, sino a las vacaciones que ya están en marcha.
Después de descubrir que tenía para ofrecernos el lejano Norte, nos fuimos de paseo a una zona no menos impactante por su belleza, un lugar que incluso puede hacerte sentir como si no estuvieses en Israel: la maravillosa zona de Mateh Yehuda, que además de viñedos y cervecerías tiene también unas vistas fantásticas, alojamientos, restaurantes de campo y mucha paz.
“El vino hará las delicias de los corazones humanos»: visita a las bodegas
El Consejo Regional Mate Yehuda, con una buena ubicación en una zona intermedia entre Tel Aviv, Jerusalem y Beer Sheva, es el único Consejo Regional perteneciente al distrito de Jerusalem. Se compone de 57 localidades e incluye moshavim, kibutzim, asentamientos comunitarios, asentamientos árabes, granjas agrícolas, un asentamiento conjunto judío-árabe y unos cuantos antiguos monasterios.
Además del ambiente rural, la zona de campiña cuenta también con parques y bosques bien cuidados para ir de excursión, así como viñedos y bodegas. En otras palabras: una gran oportunidad para recordar a la hermosa Toscana.
Viñedos de la bodega Flam.
Las bodegas boutique del lugar estarán encantadas de recibir visitas y ofrecerles una copa de vino de producción propia, e incluso una tabla de quesos para acompañar o un brunch hecho con materia prima de la zona.
Bodega Barak – Moshav Beko’a
Comenzamos nuestro paseo por Moshav Beko’a. Entre los campos, huertos, bosques y senderos para bicicletas que conforman el paisaje del moshav se encuentra la Granja Rosenberg que oculta en su interior a la Bodega Barak, un viñedo boutique y familiar destinado al turismo y, sobre todo, un gran lugar para descansar.
Un buen lugar para un descanso y un brunch: la bodega Barak en el moshav Beko´a.
La bodega, que produce alrededor de 4.000 botellas al año, fue fundada en 2012 por el enólogo y padre de la familia, Yossi Rosenberg, quien comenzó su producción en 2003 en la Escuela de Vinos Bodega Sorek. Además de fuente de sustento, la bodega es la forma que eligió la familia de homenajear a su hijo mayor, que da nombre al lugar, fallecido en 2010 a sus 18 años por una grave enfermedad. El ícono de la bodega es uno de los personajes que el joven solía dibujar.
“Desde que terminó la cuarentena, la gente solo quiere salir de su casa y divertirse. Eso acá se siente mucho”, cuenta Rosenberg. El viñedo volvió a abrir sus puertas recién en Shavuot y ahora ofrece cada viernes un rico brunch que incluye muffins, quesos, panes, ensaladas y, como no podía ser de otra manera, vino libre. Todo hecho con materias primas de la zona. Costo del brunch: 30 dólares por persona.
Vino de la bodega Flam.
Bodega Flam – Moshav Eshtaol
Desde Moshav Beko’a, hay un camino sinuoso hasta el Moshav Eshtaol. Allí, al pie de la montaña, se encuentra la bodega boutique Flam. Una recomendación: antes de entrar y degustar vinos hasta emborracharse, no olvide levantar la vista y disfrutar de los viñedos que se extienden en la ladera de la montaña. Es un paisaje de campiña que lo trasladará a Italia o Francia.
La bodega Flam produce vino desde 1998. En 2005 se renovó con un centro turístico que ostenta una enorme terraza con vista a los viñedos circundantes. Allí uno puede sentarse y disfrutar de la selección de vinos producidos en el lugar. El enólogo de la bodega, Golan Flam, aprendió los secretos de la producción de vino durante su estadía en Italia. Trabajó en varias bodegas, tanto allí como en Australia, y obtuvo las habilidades necesarias para convertirse en un enólogo profesional. Al regresar a Israel estableció la bodega familiar.
¿Qué tienen para ofrecernos aquí? Además de las visitas guiadas, en las cuales se puede aprender sobre los vinos y sus procesos de producción, también se puede participar de degustaciones con vistas al paisaje que incluyen tres variedades de producción propia. La cata de vinos tiene un costo de 20 dólares por persona.
Bodega Mettler.
Bodega Mettler – Moshav Agur
Buen momento para recordar que para visitar todos los viñedos de la zona, o al menos la mayoría, se necesita algo más que unas pocas horas. Tal vez incluso más de un día. Y dado que a nosotros nos quedaban solo unas horas decidimos visitar la bodega Mettler, en el Moshav Agur, que al igual que las otras bodegas de la zona, también está rodeada de viñedos y campos verdes.
Al frente de la bodega están Lea y Hans Metler, ella israelí y él originario de Suiza. Juntos se mudaron al Moshav Agur hace unos años para cumplir su sueño de establecer una bodega boutique donde producir vino y de paso albergar a los viajeros que visitan la región. “Vimos que era una zona con mucha producción de vinos y cervezas y que la gente llegaba hasta acá especialmente por eso”, explica Lea sobre su decisión de mudarse al moshav.
Además de vino, la pareja produce licores de varios sabores e incluso experimentan con la cocina. Los visitantes son recibidos en el patio de su casa, rodeado de viñedos de Cabernet y mucha vegetación. Allí se ofrecen desde comidas ligeras hasta platos elaborados, todo preparado de forma casera por Lea.
Entre otras cosas, puede probar una shakshuka picante con un adicional de berenjenas, queso y hierbas frescas de la huerta; omelette de espinacas y verduras salteadas; ensalada verde con tomates cherry, queso azul y frutos secos; o una tabla de quesos que marida muy bien con el vino del lugar. Y, por supuesto, una canasta de panes caseros.
Dar clic en el link para ver el link: https://youtu.be/XFRBfEilQew
El patio es particularmente grande, de modo que llegar en grupos numerosos no es un problema. También se puede hacer un paseo por el viñedo, descansar en los livings dispuestos al aire libre o simplemente tirarse en el pasto a disfrutar de la paz que rodea el lugar.
La pareja también administra un complejo de hospedaje en el área de la bodega. “En el pasado venían principalmente turistas de otros países. Pero ahora que el turismo extranjero no puede llegar hasta acá, los que vienen son en su mayoría israelíes, lo cual es divertido y gratificante”, cuenta Lea.
Cervecería del Moshav Srigim.
No todo es vino: también hay cerveza
Tras conocer que Mateh Yehuda es una zona especializada en vinos que bien puede competir con los Altos del Golán o incluso con algunos lugares de Europa, pasamos a lo siguiente: cervecerías boutique, que tampoco faltan en el área.
Entre las cervecerías conocidas del lugar, no se puede dejar de mencionar a Srigim, ubicada en el moshav del mismo nombre. El lugar en cuestión cumple el sueño de Ofer Ronen y Ohad Ayalon, viejos amigos y aficionados al mundo de la cerveza que después de 30 años dedicados a la alta tecnología decidieron dejar todo y en 2011 convirtieron sus trajes y sus cómodas oficinas en ropa de trabajo y una cervecería rural.
La fábrica se especializa en la producción de cervezas de estilo americano y europeo. Los visitantes pueden realizar un recorrido por la planta en el cual conocer el proceso de elaboración de los más de diez tipos de cerveza y descubrir las enormes ollas que se utilizan en la preparación.
En estos recipientes descansan mezclas que algún día serán cervezas.
Pero la verdadera diversión está los fines de semana, cuando se abre el jardín cervecero y se puede tomar cervezas de fabricación propia, sentados alrededor de largas mesas de madera. La bebida se puede acompañar con un plato salado, algo picante o incluso un hot dog que completa bastante bien la escena. Y la verdad es que si esta es la cerveza que logró hacer feliz a los Rolling Stones cuando estuvieron de visita en Israel, ¿quiénes somos nosotros para no dejarnos entusiasmar por el plan?
Granja de cabras y frambuesas que crecen todo el año
Granja de cabras Iza Pziza.
Después de poner a prueba la capacidad diaria de consumo de alcohol, la próxima aventura es la granja de cabras “Iza Pziza”, ubicada en los campos del Moshav Tal Shahar, cerca del arroyo Sorek. Allí crecen decenas de cabras en condiciones favorables en comparación a grandes granjas industriales.
¿Qué ofrece este lugar? El sabor de quesos frescos producidos sin conservantes, y una guía profesional para enseñar a elaborar quesos en sus propias casas (¡buena suerte con eso!). Y, por supuesto, un emocionante encuentro con las cabras que deambulan por la granja.
Por estos días el lugar solo está abierto para visitas privadas y de grupos pequeños, de hasta cinco personas. Alon Zaban, uno de los propietarios y responsable de la administración, cuenta que “la mayor parte de los ingresos proviene de las visitas de grandes grupos que en estos momentos no pueden venir”.
Queso de cabra de Iza Pziza.
Zaban agregó que “mientras disfrutamos de la agricultura también nos ganamos la vida con el turismo” y contó los cambios propios del período del coronavirus: “Antes venían grandes contingentes, hacían tours y disfrutaban de probar nuestros quesos. Hasta que puedan regresar nos adaptamos a otro tipo de visitantes.”
Granja «Frambuesas de la tierra» – Moshav Taoz
Desde la granja de quesos el camino sigue hacia el moshav Taoz, en donde se cultivan frambuesas y frutos del bosque que crecen durante todo el año, y no solo en invierno como se acostumbraba.
Unas frambuesas dignas de probar.
Todo comenzó un día cuando David Sagi concluyó que sentarse en un escritorio debajo de las luces fluorescentes de Tel Aviv no era lo mejor para él, y se mudó al asentamiento con un objetivo en su cabeza: transmitir a los visitantes una experiencia agrícola diferente y que quienes conocen el lugar “se dieran cuenta de que el tomate no crece en las estanterías del supermercado”.
Además de cosechar frutos del bosque frescos y jugosos, también se puede disfrutar de un descanso ecológico en una de las áreas de picnic con sombra, una copa de un vino producido en la zona o una refrescante cerveza regional.
“Es un espacio divertido e íntimo, que se puede recorrer con comodidad y sin temor a las muchedumbres. Cada uno puede encontrar su propio rincón y disfrutar de las vistas panorámicas y la vegetación del complejo”, cuenta Sagi sobre un complejo que cuenta con una pequeña tienda construida en barro, en la que se pueden comprar los productos que allí se elaboran.
Ein Rafa, un pueblo con historia y buena comida.
Restaurante Majda – Ein Rafa
Si después de los quesos y frambuesas todavía hay hambre, es una buena noticia saber que en un área de especialidades de vinos y cervezas también existe una rica cultura culinaria.
Entre los numerosos restaurantes del Consejo Regional de Mate Yehuda, Majda está ubicado en el pueblo árabe de Ein Rafa, ubicado a unos 10 kilómetros al oeste de Jerusalem, entre la autopista 1 y Abu Gosh.
Ein Rafa lleva el nombre del manantial que se ubica en el centro del pueblo. Los lugareños cuentan sobre el origen de este nombre que el lugar fue visitado por un sacerdote llamado Rafa que le indicó a los residentes que si cavaban en un punto específico encontrarían un surgente de agua. Así ocurrió y por eso el pueblo lleva su nombre.
El restaurante Majda fue fundado y pertenece hasta la fecha a la pareja compuesta por Michal Burns y Yakov Barhum. Ella es judía y responsable de la cocina, él es árabe y a cargo del diseño del lugar. Y el local está construido en el punto más alto del pueblo, desde donde se puede observar el paisaje de las montañas de Judea.
Plato de Majda.
¿Qué se come allí? El menú varía constantemente y combina de manera excepcional la cocina árabe local con los sabores israelíes, basado en ingredientes locales. Preparaciones de verduras, quesos regionales, carnes y pescados, y vinos elaborados en las montañas de Judea.
“Después del cierre por el coronavirus mucha gente salió a celebrar la vida y regresaron al restaurante que los entusiasma. Inclusive si no acostumbran a comer afuera como antes, vuelven a los sitios que les hacen bien al corazón”, reflexionaron.
Otros atractivos de la zona
Taller de arte – Givat Yeshayahu
Quienes buscan actividades adicionales, como aquellas relacionadas con el arte, pueden encontrar en la casa de Moshe Katz a un artista que trabaja con acero desde hace 30 años y que participó en numerosos concursos internacionales.
El artista Moshe Katz demuestra cómo realiza sus esculturas de metal.
En la entrada del taller, ubicado en Givat Yeshayahu (cerca del moshav Srigim), serán recibidos por enormes esculturas de metal con diseños de variados animales. Adentro habrá más piezas: búhos, caballos y todo tipo de figuras, todas hechas en metal y acero.
El taller de Katz consta de la casa y un enorme patio, y durante el recorrido se pueden observar decenas de esculturas de diferentes tamaños. El recorrido también incluye una demostración del proceso creative o del artista, desde el momento en que piensa la idea hasta el producto terminado.
El «techo» de una cueva.
Para los amantes de los desafíos y la naturaleza
El Consejo Regional Mate Yehuda es conocido como una zona montañosa, de numerosos campos, viñedos, valles y paisajes impresionantes. La combinación de todos estos elementos crea un ambiente propicio para los recorridos en jeep y bicicleta.
Existen varias empresas en la zona para alquilar bicicletas y recorrer la zona a través de excursiones guiadas. Una opción es contratar los servicios de Liab Levy, guía turístico y propietario de la compañía “Pastor del Desierto”, especializado en paseos en vehículos todoterreno, RZR y Segway, además de alquiler de bicicletas.
Paisajes con mucha historia.
El viaje con Levy incluye cuevas inmensas y antiguas, así como paisajes en los que se puede apreciar toda la región. En cada parada del recorrido el guía se asegura de explicar con detalle la historia de Mate Yehuda y eventos bíblicos que ocurrieron allí, como la batalla entre David y Goliat. A su vez, los safaris nocturnos que ofrece Levy permiten a los viajeros apreciar animales únicos de la zona.
Dónde dormer
La ubicación central de Mate Yehuda permite llegar hasta allí en excursiones por el día, sin necesidad de buscar alojamiento. Pero si de todos modos decide quedarse en el área es importante tener en cuenta que la mayoría de los lugares de la zona funcionan con Airbnb, es decir, departamentos de alquiler.
Aún así, hay muchos lugares que estarán encantados de recibirlo por una noche o más. Uno de ellos es el “Complejo Ksalon” en el Moshav Ksalon, cerca de la ciudad de Beit Shemesh. Al frente del complejo están Dan y Beth Zlinger, una pareja de jubilados que se mudaron al lugar hace unos años, después de jubilarse.
El Complejo Ksalon por fuera.
Construyeron una habitación para huéspedes que, hasta el estallido de la epidemia, era ocupada principalmente por turistas extranjeros. Dan fue el encargado de la construcción de los muebles y el diseño de la unidad, y Beth mantiene la habitación y prepara comidas para los visitantes, todo con materias primas locales. “No vivimos de esto. Simplemente nos gusta ser anfitriones, nos gusta la gente, nos gusta el lugar y encontramos la manera de unir esas dos cosas”, cuenta la pareja.
Junto a la unidad que construyeron hay también una piscina privada. Y el gran momento son los atardeceres con una vista directa a la puesta del sol e incluso, en días de buena visibilidad, aparece en el horizonte el puerto de Ashdod.
Una caminata por el Moshav permite ver otras atracciones, incluido el impresionante “pergamino de fuego” que cuenta la historia del pueblo judío hasta el año 67. El monumento, ubicado en el punto más alto de la localidad, junto con la brisa que corre, proporcionan unas impresionantes vistas panorámicas además de mucha paz.
¿Quién necesita viajar al extranjero, cuando se tiene todo esto a distancia de auto?
Fuente: Ynet Español