“El terrorismo no distingue entre judíos y no judíos”

Hace dos años, Yosef Haddad, un activista árabe-israelí, abandonó un importante cargo en una empresa financiera para contarle al mundo la verdad sobre Israel y desmentir las acusaciones de movimientos como el BDS que acusan al Estado judío de aplicar el apartheid.

Yosef Haddad (34) es un árabe cristiano que reside en la ciudad de Nazaret. Tras cumplir los 18 años, se enroló voluntariamente en las Fuerzas de Defensa de Israel y fue gravemente herido en la Segunda Guerra del Líbano en 2006.

Haddad expresa que decidió enlistarse en el ejército debido a que “los terroristas no distinguen entre árabes y judíos”, por lo que también considera que de esta manera protegía al sector de la población al que pertenece.

Hace dos años, decidió abandonar un importante cargo en una compañía financiera para dedicarse a desmentir públicamente a aquellos que califican a Israel de Estado apartheid –entre otras acusaciones– y a contar la verdad acerca de lo que sucede en el país. Además, Haddad fundó una asociación compuesta por judíos, drusos y árabes cristianos y musulmanes, cuyo objetivo es acercar la comunidad árabe a la sociedad israelí.

Hadad posa con la bandera que siempre defendió.

En diálogo exclusivo con Ynet Español, Haddad cuenta por qué tomó la decisión de dedicarse a tiempo completo a defender a Israel en el mundo, afirma que los parlamentarios árabes sólo buscan “agrandar la grieta”, señala que muchos palestinos están hartos del conflicto y prefieren un gobierno israelí, y manifiesta su optimismo respecto del futuro de la situación en Medio Oriente: “Las nuevas generaciones alcanzarán la paz”.

–Cuéntame acerca de tu infancia.

–Yo nací en Haifa. Cuando tenía 3 o 4 años mi familia se mudó a Nazaret. Mi padre es cura. Debido a que mis abuelos también son de Haifa, una ciudad donde viven muchos judíos y árabes, pasé buena parte de mi infancia allí. A nosotros nunca nos importó si una persona era judía o árabe, ya que lo que todos tenemos en común es que somos israelíes.

–¿Tenías amigos judíos?

–Sí. Tuve muchos compañeros judíos en un equipo de fútbol en el que yo jugaba cuando finalicé los estudios.

–Y luego te enrolaste en el ejército a pesar de que no tenías la obligación de hacerlo.

–Sí. Cuando tenía 18 años vi que mis amigos judíos eran llamados al ejército, pero yo no, porque sólo los judíos y los drusos tienen la obligación de hacerlo, pero los árabes no. Y yo me preguntaba “¿por qué no?”. No son las Fuerzas de Defensa de los Judíos, sino las Fuerzas de Defensa de Israel. Y por lo tanto decidí enrolarme como voluntario en el ejército, donde fui combatiente y comandante en la brigada Golani. Yo ingresé a las Fuerzas Armadas en noviembre del 2003. Un mes antes una terrorista se había inmolado en un restaurante de Haifa. En el ataque murieron 17 inocentes, cuatro de ellos eran ciudadanos árabe-israelíes. De esta manera, puedes darte cuenta de que el terrorismo no distingue entre árabes y judíos. Si eres israelí, eres un blanco para los terroristas. Este hecho me llevó a servir con mucho entusiasmo en Golani. Sí, yo, un comandante árabe, di órdenes a soldados judíos. Y quiero que esto les quede claro a todos aquellos que afirman que en Israel se aplica el apartheid y ese tipo de acusaciones sin fundamento.

–Tú fuiste herido en la Segunda Guerra del Líbano, ¿verdad?

–Sí. Dos meses antes de terminar mi servicio en el ejército, combatí en la Segunda Guerra del Líbano. Y dos días antes de que finalizara, Hezbollah disparó en mi dirección un misil antitanque, que por suerte golpeó en una pared que se encontraba cerca mío. Sin embargo, resulté gravemente herido por la explosión. Me llevó alrededor de un año recuperarme. Y respecto de la guerra, quisiera remarcar que también cayeron misiles sobre mi ciudad, Nazaret. En esos ataques murieron bebés y fueron heridos ciudadanos árabe-israelíes. Por lo tanto, cuando combatía, sentía que protegía a mi país, a mi ciudad y a la población árabe en Israel.

Dejó su trabajo en una importante empresa para contar su verdad al mundo.

–¿Por qué crees que muchos afirman que en Israel se aplica el apartheid, a pesar de que los árabes cristianos como tú y los musulmanes pueden vivir con las mismas libertades que cualquier otro ciudadano?

–Ellos mienten, claramente. ¿Por qué el BDS hace lo que hace? Todas sus afirmaciones son falsas. No te voy a decir que no hay racismo, ni que aquí todo es perfecto. Sin embargo, hay una enorme diferencia entre la verdad y lo que ellos esgrimen. Israel no es un Estado apartheid. Y te digo más, yo defiendo tanto a los árabe-israelíes como a los palestinos. Respecto de los árabes que viven en el país, a pesar de las dificultades y los problemas que existen, ellos pueden aspirar a lograr lo que deseen. Te voy a dar algunos ejemplos. Hoy, el director del banco más importante de Israel, el Bank Leumí, es un ciudadano de la ciudad de Taibe, un árabe musulmán. El capitán de la selección de fútbol israelí también es musulmán.

Además, yo, un árabe cristiano, fui subdirector de una empresa de investigación de mercado y tenía 400 empleados, árabes y judíos, a cargo. Y como bien sabes, los árabe-israelíes pueden ser también miembros del Parlamento; tenemos 15 de ellos ahora. El hecho de que no sepan hacer bien su trabajo es otro tema. También hay árabes en los medios de comunicación israelíes que pueden expresarse libremente.

Así es cuando vives en el único país democrático del Medio Oriente. Y este mensaje yo lo he dado y lo continúo dando en varios países del mundo donde fui invitado a hablar. Hay mucha ignorancia a nivel mundial respecto de los árabe-israelíes. Se piensa, incluso, que no podemos votar y que vivimos bajo un régimen dictatorial, entre otras falsedades. Son mentiras difundidas por el BDS y sus amigos, y yo estoy aquí para luchar contra eso.

–Dijiste que también defiendes a los palestinos. ¿Podrías explayarte sobre este punto?

–Por supuesto. En primer lugar, quiero aclarar que yo creo en la solución de dos Estados. Yo quiero que haya una separación, no que haya un país en el cual ellos también sean parte de él. Sin embargo, yo te quiero contar lo que ellos dicen. Los palestinos me expresan en secreto que ellos prefieren un gobierno israelí a uno árabe corrupto; que lo prefieren porque es más ordenado y en Israel hay más oportunidades de ganarse la vida honradamente. Igualmente, déjame aclararte algo; Israel primero debe defenderse a sí mismo. Golda Meir dijo que si los árabes dejan sus armas, habrá paz, y que si Israel depone sus armas, no habrá Israel.

Ahora yo digo que si los palestinos dejan sus armas, habrá paz, y que si Israel depone sus armas, no habrá Israel.

Hadad, antes de ejercer su derecho al voto en la última elección.

–¿Cuándo decidiste convertirte en un activista y a difundir acerca de lo que realmente sucede en Israel respecto de la población árabe que vive en el país?

–Es una buena pregunta. Yo no sólo me dedico a hablar acerca de lo que sucede aquí, sino que además dirijo una asociación llamada “Beiajad arevim ze le ze” (“Juntos, uno con el otro”) cuyo fin es ayudar a insertar a la población árabe en la sociedad israelí. Creemos que es importante servir al país, y a su vez a la comunidad. Y con la colaboración de las instituciones del Estado podremos abordar los problemas que tenemos, como la violencia contra las mujeres y, en general, la tenencia de armas ilegales, la infraestructura y la educación. Uno espera que de estos asuntos se encarguen los parlamentarios árabes de la Lista Árabe Conjunta, pero ellos están ocupados en incitar al odio, en agrandar la grieta, en separarnos de las sociedad israelí, en calificar a Israel de Estado ocupante; en fin, se encargan de todo menos de la población a la que dicen representar. En cambio, nosotros queremos ayudar al sector árabe de la sociedad, y eso incluye difundir lo que realmente acontece en Israel. Y decidí comenzar a hacerlo porque creemos que tenemos la capacidad de cambiar las cosas y de enviar un mensaje de una forma más influyente que un judío hablando sobre el asunto. Por lo tanto, hace dos años tomé la determinación de renunciar a mi trabajo y dedicarme a esto a tiempo completo.

–¿Cómo está conformada la asociación?

–Está compuesta por hombres y mujeres musulmanes, drusos, judíos y cristianos. Es algo maravilloso.

–¿Qué opinan tu familia y tus amigos al respecto? ¿Qué respuestas recibes de la gente que te escucha?

–Sin mi familia, no hubiera podido hacer lo que estoy haciendo hoy porque es difícil. Todos me apoyan en un 100%. Mis amigos también me respaldan y felicitan. Respecto de la respuesta del público, puedes observar en las redes sociales que algunos demuestran su disgusto para conmigo y otros me califican de “traidor”, entre otras descalificaciones. Sin embargo, recibo miles de mensajes privados de personas que me piden que continúe con mi labor, porque por fin hay alguien que se anima a expresar lo que ellos piensan.

Hadad, minutos antes de participar de un debate en la televisión sudafricana.

–¿Tanto cristianos como musulmanes?

–Por supuesto. Si yo te mostrara cuántos musulmanes en el mundo árabe me respaldan, te sorprenderías. De hecho, yo realicé un video para el Ministerio de Relaciones Exteriores israelí que recibió alrededor de 4.000.000 de vistas. El mismo día que difundieron el video recibí casi 7.000 mensajes, la mayoría de ciudadanos de países árabes que estaban fascinados con lo que yo decía.

–Si tantos árabes quieren cambiar las cosas, ¿por qué piensas que aún gobierna un movimiento terrorista como Hamás en Gaza y una Autoridad Palestina que aún incita al odio en Judea y Samaria?

–Te voy a responder con una pregunta. ¿Has visto una manifestación de ciudadanos palestinos en Gaza?

La mayoría de la gente es normal, su objetivo principal es levantarse a la mañana para ir a trabajar y educar a sus hijos de la mejor manera. También los palestinos. La mayoría de ellos también quiere vivir en paz y tranquilidad.

–Las pocas que vi fueron brutalmente reprimidas y terminaron rápidamente.

Exactamente. Cada que vez que algunos palestinos salieron a protestar contra Hamás, esta organización los reprimió de una forma bestial. El problema es que los extremistas son más fuertes hoy en día y están en el poder. También en Israel hay judíos y árabes extremistas, que si bien son una minoría tienen una voz fuerte en el país. Pero la mayoría de la gente es normal, su objetivo principal es levantarse a la mañana para ir a trabajar y educar a sus hijos de la mejor manera. También los palestinos. La mayoría de ellos también quiere vivir en paz y tranquilidad. Están hartos. Pero el que gobierna es un grupo terrorista. ¿Cómo puedes enfrentarlo si no tienes misiles ni ningún tipo de armamento? Lo mismo sucede en Judea y Samaria. Las autoridades palestinas no permiten la libertad de expresión ni el derecho a protestar. Y son ellas las que tienen el poder.

–¿Has pensado en dedicarte a la política?

–Me lo han preguntado muchas veces y me han llegado varias propuestas de diversos partidos. Pero por el momento prefiero dedicarme al ámbito social porque pienso que es muy importante. Pero si en el futuro considero que a través de la política podré influir en la implementación de cambios positivos para Israel, entonces tal vez lo haga. No lo descarto.

–¿Habrá paz?

–No por el momento, pero la nueva generación será la que traiga la paz. Las generaciones anteriores no lo harán, pero estoy seguro de que con todos aquellos que nacieron desde los años 80 en adelante, lograremos alcanzar ese objetivo.

 

Fuente: Ynet Español



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