La nueva Knesset tendrá récord de mujeres y de árabes

Con los resultados definitivos, surgen dos datos a tener en cuenta: por primera vez habrá 30 mujeres en el Parlamento y, también por primera vez, 17 legisladores árabes. El problema sigue siendo, no obstante, quién conseguirá la mayoría para formar gobierno.

Culminado el proceso electoral sin precedentes, que llevó a los israelíes a votar tres veces en menos de un año, los resultados definitivos plantean más preguntas que certezas.

Al principio parecía que el primer ministro Benjamin Netanyahu finalmente había obtenido los votos que necesitaba para romper el estancamiento de larga data y consolidar su poder. La cuenta final, sin embargo, pinta una imagen menos clara.

Los números, más allá de plantear interrogantes acerca de la conformación de un gobierno, arrojan otros datos para tener en cuenta: uno, la nueva Knesset tendrá record de mujeres, 30, o sea el 25% de la composición de la cámara; también el Parlamento tendrá por primera vez récord de presencia de legisladores árabes, que serán 17. Dos datos a tener en cuenta para los tiempos polìticos que se acercan en Israel.

Se podría decir que en general fueron buenas elecciones para el Likud, que terminó con 36 escaños, el 29,5% de los votos, que es su mejor desempeño de las últimas tres elecciones. El bloque de derecha, no obstante, pasó de los exultantes 60 escaños iniciales el lunes por la noche a los 58 que mostraron los resultados definitivos.

Con la nueva composiciòn de la Knesset, habrá màs mujeres sentadas en estas bancas (Ynet)

El principal rival de Netanyahu, Benny Gantz, se quedó con el 26,6% de los votos, lo que le da 33 escaños, en tanto que la Lista Conjunta, compuesta en su mayoría por partidos árabes, tuvo el mejor desempeño electoral de su historia y obtuvo el 12,6 % de los votos y le corresponden 15 escaños.

Entonces, los números plantean datos a tener en cuenta; pero el problema de formar gobierno sigue planteado: con los resultados sobre la mesa, el “hacedor de reyes” sigue siendo Avigdor Liberman, un derechista que ya fue ministro de Defensa de Netanyahu.

Liberman, un nacionalista acérrimo, todavía se niega a formar parte de un gobierno con legisladores árabes. Entonces el dilema matemático persiste para Gantz y para Netanyahu. Liberman se niega a unirse a un gobierno con los partidos religiosos y ortodoxos haredi, además desprecia al primer ministro y no desea ayudarlo.

Liberman prometió antes de las elecciones que no habría cuarta ronda electoral, de lo que se desprende que en algún momento decidirá darle su apoyo a alguno de los dos candidatos mayoritarios.

Fuente: Ynet Español



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