19 Feb Conozca la innovación israelí que puede poner fin a los empaques de plástico
En lugar de producir bandejas de un solo uso de plástico y aluminio, el producto de empaque patentado «SupraPulp» de W-Cycle se basa en la pulpa de caña de azúcar, conocida como bagazo
Una bandeja de alimentos compostable de un solo uso hecha por W-Cycle (Foto: W-CYCLE)
Los plásticos están en todas partes. A menudo descrito como el material del siglo XXI, los plásticos se encuentran en nuestra ropa de poliéster, en nuestros muebles de exterior y en los contenedores de alimentos de los supermercados.
Se estima que se produjeron 360 millones de toneladas de plástico a nivel mundial en 2018, y el consumo mundial continúa creciendo rápidamente. La gran mayoría, más del 90%, termina en el basurero o el medio ambiente natural, demorando más de 400 años en descomponerse en nuestros océanos y hasta la asombrosa cantidad de 1,000 años en vertederos.
Combinando décadas de experiencia en las industrias de empaque y alta tecnología, los empresarios israelíes Joseph Siani y Lior Itai decidieron unir fuerzas y enfrentar el intimidante desafío de producir una alternativa a los contaminantes plásticos. Reconocieron que una solución mágica para el desafío global era simplemente inviable.
Juntos, fundaron W-Cycle, una startup que desarrolla soluciones de empaque compostable para hacerle frente a las masas de plástico C-PET que se utilizan en la gran industria del empaque de comidas preparadas. En lugar de producir bandejas de un solo uso de plástico y aluminio, el producto de empaque patentado «SupraPulp» de W-Cycle se basa en pulpa de caña de azúcar, conocida como bagazo.
“Nuestra estrategia era llevar algo ampliamente disponible, sin necesidad de invertir mucho en la generación [material]. Así que nos enfocamos en una solución basada en celulosa y en cómo podemos reutilizar algunos subproductos de la industria”, dijo Itai, quien se desempeña como director ejecutivo de la compañía con sede en el Kibbutz Gan Shmuel. “Nos centramos en la industria azucarera, que toma la caña de azúcar, la procesa y saca el azúcar. Hay toneladas de desechos, solo pulpa, y esa es una excelente materia prima”.
Después de cuatro años de esfuerzos de investigación y desarrollo, el material de W-Cycle ahora se puede congelar a menos-40° C y volver a calentar en el horno a 250° C. De importancia crítica para la industria alimentaria, el material es completamente omnifóbico (repelente de líquidos). Después de su uso, el paquete puede ser arrojado a un contenedor de reciclaje café como desecho orgánico o, alternativamente, al contenedor de reciclaje de papel.
«SupraPulp está hecho de materiales 100% naturales y no emite toxinas ni metales pesados», dijo Itai. «Es igual a una hoja de plátano en el sentido de que es completamente natural y 100% compostable».
La solución basada en subproductos tiene ventajas sobre las alternativas «verdes» existentes, enfatizó, ya que los bioplásticos producidos principalmente a partir de almidón de maíz requieren la producción de la materia prima. Otros productos a base de celulosa, hechos de plantas vivas, a menudo incluyen una fina capa de plástico para evitar que la pulpa absorba agua.
La compañía se encuentra actualmente en conversaciones avanzadas con fabricantes de comidas preparadas y una serie de importantes compañías de catering de aerolíneas de Europa y el Lejano Oriente. La compañía ya ha anunciado una asociación con Neto, un importante grupo de alimentos israelí.
«Queremos crear un producto que sea tan rentable y tan bueno como a lo que la gente está acostumbrada», dijo Siani. «Si observa el contenido del material, la pulpa es mucho más resistente que el plástico – y es más barata».
La solución de W-Cycle parece haber llegado en el momento adecuado, y las aerolíneas están considerando cada vez más cómo reducir los desechos plásticos y su impacto ambiental general. Emirates, Ryanair y la aerolínea portuguesa de vuelos chárter Hi Fly han logrado un progreso significativo en la reducción de la dependencia del plástico o se comprometieron a ser completamente libres de plástico en los próximos años.
Los mercados objetivo adicionales incluyen grandes instituciones que necesitan distribuir muchas comidas en envases de un solo uso, incluidos hospitales, cárceles y escuelas.
“La principal motivación hoy para encontrar alternativas es que las personas se den cuenta de que el plástico es malo para el medio ambiente. Como resultado, se puede ver que cada vez más países comienzan a legislar para prohibir el uso de plástico”, dijo Itai. “Este tipo de presión regresa a la industria, y deben enfrentar el desafío. Cuando nos reunimos con inversores, ellos están sinceramente interesados en cómo hacer del mundo un lugar mejor, ya sea a través de productos reciclables o compostables».
La startup tiene una hoja de ruta ambiciosa para el futuro, con Siani enfatizando que «la pulpa puede reemplazar cualquier cosa», incluidas las películas y botellas de plástico. “La pulpa es una de las mejores materias primas en todas las industrias. Es solo una cuestión de cuánto te concentras en las cosas correctas».
Joseph Siani (izquierda) director tecnológico y Lior Itai, director ejecutivo de W-CYCLE
En los próximos años, dice Itai, W-Cycle trabajará para abordar «el santo grial de la industria alimentaria»: películas de alta barrera para el embalaje. Estas películas evitan que la humedad, el oxígeno y la luz entren y salgan del empaque del producto, lo que permite una mayor vida útil.
«Una solución de papel de alta barrera basada en nuestra materia prima puede eventualmente reemplazar los cartones de leche, por ejemplo, que son muy caros de reciclar con seis u ocho capas diferentes», dijo Itai. “En la industria, es más fácil reciclar botellas de plástico que los cartones de leche. Eso nos permitirá ingresar al sector de envases de bebidas, que es un mercado enorme, así como a los envases de bocadillos, que actualmente utilizan aluminio y plástico”.
Fuente: The Jerusalem Post
Traducción: Consulado General H. de Israel en Guayaquil