Las gemelas que conquistaron el vóleibol israelí

Kristina condujo al Macabi Ashdod a una temporada histórica y Katerina juega en primera división en la República Checa. “Nunca nos peleamos ni nos envidiamos», aseguran las hermanas de 22 años.

Kristina y Katerina Zilberman, de 22 años, tienen un número de teléfono similar. Mientras que el de Kristina termina en 4, el de Katerina termina en 3. Ambas juegan al vóleibol desde que se recuerdan a sí mismas. Pero en tanto que Kristina reside ahora en una pintoresca ciudad del oeste de Chequia, Kristina vive en un apartamento alquilado en la ciudad israelí de Ashdod. Y son gemelas. “Somos más que mellizas, según la expresión de la cara sabemos lo que la otra siente”, cuenta Katerina.

Hasta este año, las hermanas Zilberman jugaban una con la otra o contra la otra en la liga femenina de voleibol en Israel. Pero una propuesta tentadora que le hizo a Katerina el equipo Sternbeck, de la primera división de Chequia, cambió las cosas. Sin embargo, de momento se aburre un poco allí: “Todo cierra muy temprano, y no hay muchos lugares para divertirse, no hay una ciudad como Tel Aviv”.

Las gemelas nacieron en la ciudad israelí de Bat-Yam, y sus padres son originarios de la ex Unión Soviética. La madre Elizabeth, de 45 años y ex jugadora de la selección de voleibol de Uzbekistán, llegó a Israel con su esposo, y donde jugó con las camisetas de Macabi Jolón, de Elitsur Ashkelón y de Hapoel Rishon Letzión.

Las gemelas Kristina y Katerina Zilberman

Cuando tenían 12 años, ambas comenzaron a entrenarse en la Academia Wingate, donde estuvieron tres años. Y a los 15, pasaron a formar parte del equipo de adultos K. K. Tel Aviv. En sus respectivos planteles, ambas juegan en la posición de líbero.

–¿Cómo son sus relaciones como gemelas? ¿Cómo es el día a día de ustedes?

–Katerina: “No existe la envidia ni tenemos celos una de la otra. Cada una le desea lo mejor a la otra, y esto no se da por sobreentendido en el caso de gemelas. Cada una tiene su carácter, y su propio estilo de vida. Cada una tiene sus amigos. Pero la gente que no tiene un hermano o una hermana melliza no sabe lo que es ni cómo es. Un día iba caminando por la calle, y alguien que venía atrás gritó ‘hola, Kristina’. Me puse a hablar con él, y sólo al final le dije que yo no era Kris. El muchacho se había confundido”.

Kristina: “Eso nos sucede muchas veces. También a mí, una buena amiga dijo que me había gritado ‘Kris, Kris’, y al cabo de un rato descubrió que se trataba de mi hermana y que no era yo. Puesto que todo el tiempo nos cuidábamos una a la otra, la gente nos llamaba ‘las angelitas Zilberman’. Creo que somos las únicas gemelas que no se pelean, ni siquiera por juguetes cuando éramos pequeñas. Una vez, en una práctica, una jugó en lugar de la otra sin que el entrenador se diera cuenta”.

Katerina juega en República Checa

Sueñan con jugar en Italia

Katerina, que estuvo de vacaciones en Israel, ha pasado el último año en Sternbeck, donde comparte un apartamento con dos compañeras extranjeras que juegan en el equipo desde que estaba en el séptimo lugar de primera división. Ahora forma parte de la selección femenina, a la que desde el año 2017 entrena el italiano Giuseppe Cucrini. Katerina no duda en fijarse objetivos tanto en la selección como en su propia carrera. “Mi sueño es estar en la liga italiana. También aspiro a triunfar con la selección israelí y calificar para un torneo como el Campeonato de Europa porque ése es nuestro objetivo”.

Kristina forma parte del plantel de Maccabi Ashdod

–¿Qué diferencia hay entre el vóleibol checo y el de Israel?

Katerina: “Antes del comienzo de la temporada, viajamos a diferentes lugares porque en Europa es fácil pasar de un lugar a otro. También nos llevan a escalar montañas y a hacer natación, e incluso jugamos al bádminton para estar bien preparadas. Pienso que una de las diferencias, además de que el nivel en República Checa es muy alto, es que cada equipo puede vencer a cualquier otro. Además, cada equipo cuenta con alguien especializado en estadística”.

Su hermana Kristina juega con la camiseta de Maccabi Ashdod por segundo año consecutivo. Hasta hace tres años, la ciudad portuaria estaba orgullosa de su equipo de fútbol, de baloncesto y de balonmano. Pero ahora, también tiene un equipo de voleibol en primera división. “Quería estar en el lugar que aspirase a lo más alto, y que no tuviera directivos que defienden sus propios intereses y que lo destruyen todo”. El equipo se encuentra actualmente en el cuarto lugar en la liga.

–¿Cómo es la relación entre el personal y el equipo de jugadoras?

–Yo vivo con jugadoras extranjeras, y tenemos relaciones excelentes. Hay buenas vibraciones, y cada vez que tengo algo para enseñarles lo hago. Hablo con ellas en inglés. Hay una de Albania, una de Trinidad, y esta semana llegó una de Croacia.

–¿Cuál sería el resumen de la primera ronda?

–Creo que está siendo una sorpresa para todos. Nosotras aspiramos a ganar tanto el campeonato como la copa.

Fuente: Ynetespañol 



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