Diabetes: Una empresa israelí busca dejar atrás las inyecciones de insulina

La medicina moderna no deja de sorprender. No sólo es cada vez más efectiva sino que en los últimos años también se ha vuelto más conveniente, futurista e innovadora.

Entonces, ¿por qué en 2019 tantas personas todavía necesitan inyectarse cada día para mantenerse con vida? Este es un problema que la empresa biofarmacéutica israelí Kadimastem intenta resolver. ¿Cómo? Con un revolucionario descubrimiento para el tratamiento de la diabetes que planea eliminar agujas en los pacientes dependientes de la insulina.

¿Y cómo funciona? Se trata de un dispositivo capaz de crear la hormona encargada de disminuir los niveles de azúcar en la sangre de forma autónoma dentro del cuerpo.

La diabetes es un trastorno metabólico que genera niveles excesivos de azúcar en la sangre. Hay dos tipos de diabetes principales: la diabetes tipo 1 ocurre cuando el páncreas no puede producir suficiente insulina. La diabetes tipo 2 se da cuando las células se vuelven resistentes a la insulina.

Como sus cuerpos no pueden producir la insulina necesaria, todas las personas con diabetes tipo 1 necesitan recibirla de una fuente externa. A ellos se les une un 30 por ciento de pacientes con diabetes tipo 2, que también se vuelven insulino-dependientes. Se calcula que la población global de personas que necesitan a diario sus dosis de insulina son más de cien millones.

La medicina tradicional se ocupa de este problema a gran escala al proporcionar inyecciones de insulina, que salvan millones de vidas pero son poco prácticas e incómodas.

«Tenemos esta materia prima y podemos convertirla en células productoras de insulina» – Kfir Molakandov, ejecutivo de Kadimastem.

Una terapia más avanzada, descubierta en 1999, liberó de las inyecciones de insulina y del control de la glucosa a un grupo de pacientes a los que se les implantaron células de islotes sanas. Este método fue revolucionario pero dependió (y aún depende) de la donación de órganos. Además requirió la supresión de los sistemas inmunológicos de los pacientes para que no rechazaran las nuevas células. Por lo tanto, no es una solución ideal.

Aquí es donde Kadimastem quiere intervenir. En lugar de tener personas que esperan donaciones de órganos, la empresa israelí planea crear las células necesarias de forma independiente a partir de células madre embrionarias.

«Estas células pueden convertirse en cualquier tejido que nos guste. Y lo bueno es que pueden ser multiplicadas hasta el infinito «, expresó Kfir Molakandov, gerente de proyectos de diabetes de Kadimastem. Y añadió: «Tenemos esta materia prima y hoy sabemos cómo tomar estas células pluripotentes y convertirlas en células productoras de insulina».

«El paciente no sentirá su presencia y, en general, no tendrá que hacer nada más con él»

Los investigadores también pensaron una forma simple pero innovadora de prevenir el posible rechazo de células sanas por parte del sistema inmunológico: un dispositivo de encapsulación que Kadimastem está desarrollando con dos socios corporativos.

“Este dispositivo aísla las células (implantadas) del sistema inmunológico del paciente pero al mismo tiempo les permite funcionar de manera efectiva por un período de tiempo», explicó Molakandov a ISRAEL21c.

De acuerdo con el ejecutivo, «la inserción del dispositivo implicará un procedimiento médico menor. El paciente no sentirá su presencia y, en general, no tendrá que hacer nada más con él. Puede ser que tengan que reemplazar estos dispositivos una vez al año, o cada dos”.

Según Molakandov, esto significaría un gran avance respecto a las inyecciones diarias actuales ya que hoy no existen dispositivos de este tipo en el mercado aunque varias compañías investigan y desarrollan tratamientos similares.

El sistema de producción de insulina de Kadimastem se encuentra en la etapa previa a las pruebas reales. «Ya hemos demostrado que este sistema funciona en animales», aseguró el investigador, que espera comenzar los ensayos clínicos en unos pocos años.

El lanzamiento del producto dependerá del cumplimiento de las exigencias reglamentarias pero Molakandov estima que llegará al mercado en la próxima década.

 

Fuente: Diario Iton Gadol



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