Diez deslumbrantes fotos de Janucá en Israel

La fiesta, que celebra un milagro sucedido hace miles de años, alegra las noches de invierno con luces y comidas.

Un residente del Barrio Judío de Jerusalén enciende una janukiá en la última noche de la fiesta. Foto de Yehoshua Halevi.

Las cajas, generalmente incrustadas en piedra, no se usan en la mayor parte del año, pero cobran vida durante ocho noches a partir del día 25 del mes judío de Kislev cuando se ponen en ellas janukiot, candelabros de nueve brazos, cuyo encendido marca la primera noche de la fiesta de Janucá. La festividad, que empieza este año al atardecer del martes 12 y dura ocho días, celebra el milagro la rededicación del Templo de Jerusalén, en el año 165 antes de esta era, tras la derrota de los griegos, que ocupaban Judea, a manos de un grupo de judíos llamados Macabeos. La palabra Janucá significa “dedicación” en hebreo.

Según la tradición judía, al momento de la rededicación había aceite para mantener encendida la menorá, el candelabro de siete brazos del Templo, apenas un día. Milagrosamente, duró ocho días.

Janukiá en una de las calles principales del Barrio Judío. Foto de Yehoshua Halevi.

Las cajas son el lugar ideal para cumplir el precepto judío de pirsumay nisa: hacer público el milagro de Janucá. La costumbre es casi general en Israel, aunque no tanto en muchas comunidades judías de todo el mundo.

Janukiot en el exterior de una casa en Jerusalén. Foto de Yehoshua Halevi.

Durante las ocho noches la janukiá se puede colocar también en un escalón a la entrada de la casa, junto a la puerta o detrás de un ventanal grande que dé a la calle para que los transeúntes las puedan ver.

Las gotas de lluvia le dan más colorido a este janukiá en Jerusalén. Foto de Yehoshua Halevi.

Así pues, colocar las hanukiyot a la vista del público convierte a la Fiesta de las Luces, otro nombre para la festividad, en un deleite para la vista. Muchas familias tienen la costumbre de que cada miembro encienda la suya propia, así que no es raro ver en una casa siete u ocho encendidas detrás de una ventana o en la caja de vidrio.

Una mujer y un niño miran las luces en una ventana. Foto de Yehoshua Halevi.

En Jerusalén, los mejores lugares para ver hanukiyot son los barrios con un número considerable de judíos religiosos.

Algunos son el de la Ciudad Vieja, Mea She’arim, Geula y Nachla’ot. El primero se ha convertido en el más popular de todos, especialmente en la octava noche, cuando algunos residentes salen y ofrecen bebidas calientes al público, cuentan historias y explican los diseños de sus candelabros.

Janukiá de aceite en una casa en la Ciudad Vieja. Foto de Yehoshua Halevi.

Para disfrutar otro aspecto de la festividad visite un hotel, donde los huéspedes suelen encender las velas en una sola mesa en el vestíbulo. A veces se pueden ver 12 o más hanukiyot encendidas a la vez.

Inundación en una calle de la Ciudad Vieja de Jerusalén en la última noche de Janucá. Foto de Yehoshua Halevi.

Salir a caminar en una noche de invierno puede darle hambre, pero no se preocupe. Otra de las costumbres es comer comidas fritas en aceite, de las cuales las más consumidas son las sufganiyot, conocidas en algunos países como buñuelos, burmuelos o berlinas. Están rellenas de mermelada o crema, y algunas son cubiertas con azúcar de repostería.

En Israel, por lo general, las sufganiyot no se consumen durante el año, pero en Janucá los panaderos se convierten en artistas y compiten ingeniosamente para ver quién puede crear las más coloridas y deliciosas. Otras comidas también populares son las latkes, o pastelitos de papa, y las monedas de chocolate.

Un panadero da los últimos toques a una bandeja de donas. Foto de Yehoshua Halevi.

La cantidad y variedad de donas pueden satisfacer cualquier paladar y, junto con las lámparas de aceite y las velas, dan un poco de luz y calor a las largas noches de invierno.

Una mayor variedad de rellenos y sabores han contribuido al aumento en la popularidad de las donas en Israel. Foto de Yehoshua Halevi.

El dreidel es un trompo que tiene cuatro letras hebreas en sus cuatro lados (nun, gimel, hey y pey), que quieren decir “un gran milagro ocurrió aquí” si se juega en Israel. Fuera de Israel, las letras son (nun, gimel, hey y sham), iniciales de “un gran milagro ocurrió allá”. Foto de Yehoshua. Halevi.

 

Fuente: Israel 21C



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