Latimeria utiliza agua de mar artificial para mejorar la cría de peces

Lisas grises nadando en un Anillo de Agua de Latimeria.

Iniciativa israelí desaliniza agua potable y después le agrega sal para crear una manera más barata, más saludable y medioambientalmente más segura para criar alevines.

Usted probablemente sabe que cuando come un plato de lubina sobre una cama de puré de vegetales acompañado de un Chardonnnay helado, el filete en su plato probablemente no fue pescado en el agua sino criado en un centro de crianza marina cerca del mar. Ahora, una compañía israelí está tratando de renovar ese proceso de crianza.

Estos centros crían a los peces bebés -alevines -en piscinas de agua de mar y, como las semillas, los venden a los piscicultores que los crían y los venden a su vez a sus clientes. Los centros de cría marina por lo común bombean agua del mar, utilizándola para los propósitos de crianza de los peces y después devuelven el agua a las olas. Este bombeo tiene lugar en promedio cinco veces al día, con una tasa de intercambio de agua del 500 por ciento diariamente.

¨El proceso es fácil y directo, pero padece de algunas desventajas crónicas¨, dijo Eitan Sessler, el CEO de Latimeria, una iniciativa israelí que ha desarrollado un sistema para criar a los peces en agua marina hecha artificialmente. ¨El consumo de energía para bombear el agua del mar es muy alto y el agua de mar contiene una gran cantidad de patógenos -ya sea bacterias, virus o parásitos -que inducen enfermedades en los peces. Además, las regulaciones respecto a descargar el agua de regreso al mar se han vuelto más estrictas mundialmente por razones medioambientales¨.

Latimeria está intentando cambiar todo esto evitando el uso del agua de mar: se desaliniza agua potable o agrícola -utilizando la tecnología de desalinización comercial -y después se le añada sal marina regular para re-salinizar el líquido. Esta agua es entonces colocada en tanques especiales de polipropileno llamados ¨anillos de agua¨, en los cuales los alevines son cultivados y criados.

El Dr. Gilad Heinisch, derecha, e Itai Ivry de Latimeria revisando los ovarios de un pez.

El Sistema de Acuacultura de Latimeria recircula el agua entre el tanque de los peces y un conjunto de filtros mecánicos y biológicos para mantenerla limpia.

“Nosotros reemplazamos el 0.8% de nuestra agua diariamente con agua de mar artificial fresca para deshacernos de las impurezas generadas por los alevines”, dijo Sessler. “Una familia promedio consume más agua en un día que lo que un sistema de anillo de agua utiliza en una semana”.

“Este nuevo sistema permite a los criadores cultivar sus alevines en agua salina en cualquier lugar, lejos del mar, y ayuda a controlar mejor el crecimiento ambiental al minimizar el riesgo de introducir patógenos y el consumo total de energía y agua”, dijo él. Los anillos de agua son modulares e independientes de los sistemas centrales, por lo que permiten la fácil ampliación de las operaciones, añadió él.

“Nosotros utilizamos 20 veces menos energía que un centro de crianza normal”, dijo Gilad Heinisch, el biólogo en jefe de Latimeria. “Nuestros procedimientos de trabajo son muy parecidos a los de los otros centros de crianza, pero nosotros mantenemos niveles de bioseguridad muy altos. Para terminar sin pérdidas, los criadores utilizando nuestro sistema necesitarían producir solamente alrededor de 3 millones de alevines al año en comparación con alrededor de 6 millones en un centro de crianza marina regular”.

Debido a que el agua de mar es artificial, el pH del agua, la alcalinidad, la salinidad, la temperatura y el oxígeno disuelto necesitan ser constantemente monitoreados.

Larva de salmonete gris binocular en el anillo de agua de Latimeria.

La pesca y la acuacultura desempeñan un importante papel en eliminar el hambre mundial, y nunca antes la gente ha consumido mundialmente tanto pescado, de acuerdo a un informe del 2014 de la Organización de Alimentos y Agricultura de las Naciones Unidas. El pescado es una fuente clave de proteínas y nutrientes en un mundo donde más de 800 millones de personas sufren de malnutrición crónica. La participación de la acuacultura en la producción mundial de pescado está proyectada para aumentar al 62% de todo el consumo humano de pescado para el 2030, frente a la mitad en el 2014, dijo el informe.

La cultura marina es el cultivo de plantas y animales marinos. La industria se desarrolló alrededor del mundo y en Israel a inicios de los años 1970 y hoy Israel opera dos centros de cultivo marino en Ashdod donde las compañías Ardag y Dag-Suf producen sólo dorado. Debido a las preocupaciones medioambientales, el gobierno israelí en el 2008 cerró las operaciones de cultivo marino para la producción de dorado en Eilat.

El equipo central detrás de Latimeria está conformado por un experto en tecnología de acuacultura, Itai Ivry; su biólogo en jefe Heinisch; Sessler, el CEO; y Yoav Bar, quien estableció el primer centro comercial de cría de peces de Israel en Eilat. La compañía debe su nombre a un pez, el último miembro vivo de un grupo de peces antiguos y en peligro de extinción, las aletas lobuladas, y los miembros del equipo se llaman a sí mismos bromeando los “Señores de los Anillos de Agua”.

Latimera opera actualmente desde el Kibbutz Ein Shemer en el norte del país, donde ha establecido un proyecto piloto en dos grandes salas con unos 11 anillos de agua en los cuales los alevines de dorado estaban nadando rápida y densamente en uno de los tanques en una cálida mañana de junio. Salmonetes grises adultos nadaban silenciosamente en otro.

“La calidad de los alevines que criamos aquí es tan buena como cualquier otro, pero quizás aún mejor debido a su exposición más baja a los patógenos”, dijo Heinisch.

Itai Ivry de Latimeria trabajando en un anillo de agua.

La compañía está ahora buscando recaudar unos $2 millones de socios estratégicos para empezar a construir su primer sitio comercial en Israel. El equipo -el cual opera a partir de un contenedor reformado en el frondoso y tranquilo kibbutz -ya ha identificado un par de lugares que podrían ser usados para su primera planta de fabricación. La idea es inicialmente vender los alevines a los piscicultores -local y mundialmente -y luego vender los proyectos, incluyendo el conocimiento y la tecnología, globalmente a centros de cría marina, para evitarles su necesidad de agua de mar, y a los piscicultores que quieran mudar su proceso de producción.

“Los piscicultores necesitan una provisión de al menos 100,000 alevines a la vez”, dio Sessler. “Nosotros estamos creciendo y para eso necesitamos socios y nuevas instalaciones”.

 

Fuente: The Times of Israel
Traducción: Consulado General H. de Guayaquil



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