Profesor israelí señala que la comida salada no provoca sed

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De acuerdo a un estudio del Prof. Micah Leshem de la Universidad de Haifa, comer sal no estimula la sed. Es posible que se necesite tomar algún líquido luego de comer sal, por la sensación de sequedad que produce este elemento en la boca, pero no porque el cuerpo fisiológicamente aspira a corregir el equilibrio hidromineral, postula el prof. Leshem.
En otras palabras, aquellos productos que contienen mayor cantidad de sal con la esperanza de que los clientes al consumir sodio saturado sean inducidos a beber mayor cantidad de bebidas, pierden su dinero pues esto no sucederá, según este estudio.
¿Comer, beber y orinar?
“Todos sabemos que cuando se come algo con sal, uno tiene sed”, comenta Leshem, del Departamento de Psicología, “Esto es exactamente lo que estamos investigando, si efectivamente sucede”.
El experimento involucró a 58 estudiantes, que se sometieron a pruebas todos los días, después de una abstención de dos horas de agua (y cigarrillos). Se dividieron en tres grupos. Un grupo comió frutos secos salados, otros nueces sin sal y el tercero uno frutos secos recubiertos de azúcar. La cantidad de sal en el bocado salado fue entre el 30% a 40% de la ingesta diaria, en términos generales.

Luego, durante un par de horas en las que los estudiantes respondieron a varios cuestionarios, teniendo a mano una botella de agua y la posibilidad de beberla, calificaron su propio nivel de sed cada 15 minutos. El consumo de agua fue medido sin su conocimiento.
No hubo diferencia en el grado de sed que sufrieron los estudiantes que consumieron, el producto salado, el dulce o el insípido. ¿Por qué se incluyeron nueces? Para asegurar que las diferencias no estaban dadas por los cambios de sabores, esplican.
El profesor no estableció el test para probar si las personas que consumen mayor cantidad de sal, toman mayor cantidad de líquidos, sino para comprobar si las personas que consumen alimentos salados toman más que aquellas que comen otros alimentos.
No se va a entrar en una guerra para determinar si la sal es buena o es mala para la salud. Algunos científicos dicen que es mala en tanto otras dicen que consumiéndola en medidas proporcionadas es inocua.
Algunas personas argumentan que consumir alimentos salados produce hinchazón porque se bebe más agua, o lo que es peor, soda y esto produce obesidad. Leshem, no acepta esta teoría: cualquier exceso de sal o de agua, no permanece en el cuerpo, sale automáticamente por el sistema urinario, y nuestro sudor podrá ser más salado.
Hay muchísimas opciones para mantener el equilibrio de sodio y de agua en nuestros cuerpos y no es el de correr a tomar agua inmediatamente luego de consumir nueces, comenta el profesor.
Hay una teoría que indica que el balance entre la sal y el agua en el cuerpo humano tiene origen marino, ya que es en el mar donde comenzó la vida, y donde la concentración de sal era del 0.9%, que es exactamente la que tenemos en nuestro cuerpo. Puede ser que sea simplemente una coincidencia, pero, para seguir esta teoría, como la vida abandonó el mar para buscar una vida en terreno seco, tenía que evolucionar los mecanismos del equilibrio de la sal.
Leshem explica que la concentración interior de sal debe mantenerse cuando comemos sal para poder reponer la pérdida que significa la fuga de sal, en la orina, el sudor, las heces, lesiones o dolencias. Cuando nacemos estamos permeables, y los neonatólogos están atentos en el caso de los recién nacidos que requieren suplementos de sal para sobrevivir y desarrollarse plenamente.
«Lo primero que hay que hacer es mantener eso», resume. «Sólo una cosa nos mata más rápidamente que la falta de sal o de agua y es la falta de oxígeno. Si no se come sal o no se bebe, la persona puede morir en cuestión de horas”.
Así que tenemos que comer sal. ¿Cuánto? Es difícil de decir, incluso el Instituto de Medicina de Estados Unidos está tan confuso que se retractó en sus recomendaciones de reducir la sal, aunque tampoco indica que la sal es efectiva.
«El alto consumo de sal puede ser poco saludable, pero no hay buena evidencia de que la reducción ayude», dice Leshem.
Los datos de 2010 muestran que en todo el mundo, en general, la gente come el doble de sal de lo que se debería, – aunque este «debe» es polémico en sí mismo. Se encontró que los armenios tienen el hábito de comer la mayor cantidad de sal del mundo, aproximadamente 5 gramos de sal al día, seguido de sus vecinos de Asia Central.



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