Discurso del primer ministro Naftali Bennett en la ceremonia oficial en el Día de Recordación de los soldados caídos en defensa de Israel.

(Comunicado del asesor de medios del primer ministro)

El siguiente, es el discurso pronunciado hoy (miércoles 4 de mayo de 2022) por el primer ministro Naftali Bennett, en el acto oficial realizado en el Monte Herzl, en Jerusalén:

El primer ministro Naftali Bennett. Fotografía: Amos Ben Gershom/GPO

 “Queridas madres, padres, hijos, parejas,

Hermanos de armas,

Hermanas y hermanos,

Miembros de las familias dolientes,

Ciudadanos de Israel

“El Día de Recordación de los soldados caídos en defensa de Israel es una jornada sagrada en Israel. Hace apenas unos minutos, todos estuvimos de pie, unidos, como un solo corazón, al escuchar el escalofriante sonido de la sirena”.

“Silencio. El silencio de los miles de soldados que cayeron en las guerras de Israel, algunos por el fuego y otros por la espada, algunos en la batalla y otros en la guerra, algunos en un entrenamiento y otros en un accidente. Y recordamos sus sonrisas, su abrazo y la última llamada telefónica”.

“Miramos a nuestro alrededor y vemos nuevos rostros, rostros atormentados. Los rostros que se han unido sin querer a la gran familia israelí del duelo”.

“El coraje de nuestros combatientes ha sido una parte integral de nosotros, que se remonta a la valentía de nuestros antepasados, a través de los albores del sionismo y hasta la actualidad”.

“Nathan Elbaz nació en Marruecos, y emigró solo a Israel. Se incorporó a la Brigada Givati en 1952. Mientras desarmaba granadas de mano en una tienda de su base, de repente escuchó un clic y comprendió que el pasador de una de las granadas se había soltado y que solamente tenía tres segundos para evitar un desastre. Salió inmediatamente de la tienda con la granada en su mano y les gritó a sus amigos que se pusieran a cubierto. En el único segundo que le quedaba, entendió que no había ningún lugar donde lanzar la granada sin herir a nadie, de modo que rodeó la granada con su  cuerpo y corrió lejos de sus compañeros. La granada explotó”.

“Nathan Elbaz murió salvando la vida de sus amigos. El soldado Nathan Elbaz recibió la medalla al Servicio Distinguido por su sacrificio”.

“Roi Klein nació en Raanana, no muy lejos de donde yo vivo. Se incorporó a las Fuerzas de Defensa de Israel, en la Unidad de Egoz. Siguió estudiando en la Academia Rabínica, fue a la universidad y luego se volvió a enrolar en las Fuerzas de Defensa de Israel. Durante la Segunda Guerra del Líbano, prestó servicio como subcomandante del batallón 51 de la Brigada de Golani. Durante un duro combate en Bint Jbeil, una granada fue arrojada a las fuerzas que él comandaba. En una fracción de segundo, se lanzó sobre la granada, se echó encima de ella y recitó la plegaria de Shema Israel, Oye Israel”.

“Roi Klein murió salvando la vida de sus amigos. El comandante Roi Klein recibió la Medalla al Valor, por su sacrificio”.

“Cincuenta y dos años separan el acto de coraje de Nathan Elbaz y el de Roi Klein. No obstante, están conectados por un hilo de autosacrificio y heroísmo judío. Nathan Elbaz, de Marruecos y Roi Klein de Raanana, pudieron tener orígenes diferentes, pero compartieron el mismo amor, su amor por la Tierra de Israel, su amor por el pueblo de Israel, su amor por el Estado de Israel”.

“Nathan Elbaz y Roi Klein, junto a todos nuestros soldados caídos, han dejado un testamento. Con sus muertes, nos ordenaron vivir juntos. Hermanos y hermanas, si no estamos juntos, sencillamente no existiremos. No podemos existir como tribus enfrentadas; sólo como una nación diversa pero unida”.

“Nuestros hermanos y hermanas están sepultados en el suelo de nuestro país, y ellos profundizan las raíces de nuestro vínculo con este lugar, a fin de que podamos continuar haciendo crecer el Árbol de la Vida aquí. Se trata de un árbol con muchas ramas diversas y sus hojas son cada una diferente y hermosa. Sin embargo, todas las ramas y todas las hojas están conectadas a un tronco, a un árbol. Juntas”.

“Nuestro pueblo anhela la unidad. La responsabilidad mutua está profundamente grabada en nuestras almas. Lo vemos en los tiempos de crisis. Lo vemos también en esta jornada. Más de un millón y medio de israelíes visitarán los cementerios militares en el Día de Recordación. Se trata de un fenómeno exclusivamente israelí”.

“Esta destacada participación es un testimonio de nuestro compromiso como nación con nuestros caídos, y de la responsabilidad mutua que fluye en las venas de la sociedad israelí. Es una prueba del valor de la amistad y del respeto que tenemos por aquellos que se sacrificaron por el país, por nosotros. Es nuestro juramento, nuestro pacto como pueblo. Es una declaración de que en esta travesía israelí, una travesía de coraje, de dolor y pena, de entrega y fortaleza, todos somos socios. Estamos todos juntos aquí, y tenemos un destino, una misión. Una persona ajena nunca podría entenderlo. Pero así es como somos, obstinados, decididos, motivados. Tenemos plena convicción en nuestra travesía”.

“Ya sea en una misión en Nablus o en un puesto de avanzada en el norte, cuando te encuentras con tu hermano de armas y luchas junto a é, cuando se conocen, sus almas se unen. Cuando llegas al centro de inducción como un joven recluta y conoces a otros reclutas que aún no conoces, se convierten en hermanos, combatientes, muy rápidamente, en una familia. Aprendes a actuar como un solo cuerpo, listo para sacrificarte por los otros, sin importar dónde hayas crecido o cómo creas que debe ser este país, que es tan preciado para todos nosotros”.

Ciudadanos de Israel,

“Estamos luchando contra un enemigo cruel y sanguinario. Día tras día, se nos recuerda el hecho de que nuestra travesía aún no ha finalizado. En lugar de construir sus vidas su futuro, nuestros enemigos no renuncian a su deseo de destruir nuestras vidas”.

Pero, ¿dónde están ellos y dónde estamos nosotros? Nuestros enemigos se revuelcan en la pobreza y en un sentimiento de miserable victimismo; mientras que nosotros hemos construido un país floreciente, fuerte y optimista. Nuestra respuesta a nuestros enemigos es una férrea muralla de fuerza”.

“La violencia y el terrorismo no son un fenómeno natural o un destino predeterminado que el Estado de Israel deba aceptar. Golpearemos no sólo a los que nos hacen daño en forma directa, sino también a aquellos que envían a otros a hacernos daño. La época en la que se les concedía inmunidad a los instigadores del terrorismo ha terminado. Los terroristas que llevan a cabo atentados no son los únicos que pagarán el precio, sino también aquellos que los enviaron, incluso si se hallan a miles de kilómetros al este de aquí”.

“Cualquier régimen que financie el terrorismo, arme a los terroristas o dé la orden de perpetrar ataques terroristas no podrá esconderse más en la cobardía de la distancia. Ya han empezado a pagar el precio, que no hará más que aumentar. Nuestros enemigos se enfrentarán con más iniciativa, mayor firmeza, más innovación. Estamos decididos a afrontar el próximo desafío, si nos vemos obligados a ello, más preparados y mejor entrenados, para sorprender en lugar de ser sorprendidos y asestarle un golpe duro y decisivo al enemigo”.

“Continuaremos haciéndonos tan fuertes, que, eventualmente, nuestros enemigos habrán de entender que su sueño de destruirnos es inútil”.

Amigos,

“No olvidamos a nuestros ciudadanos perdidos y secuestrados, y aquellos que nunca han retornado de la batalla: Hadar Goldin y Oron Shaul, Avera Mengistu y Hisham al-Sayed, y todos los demás. Estuvimos allí, enviándolos, y estamos aquí para continuar nuestro compromiso de traerlos a casa. Esa es nuestra responsabilidad  y ese es nuestro compromiso”.

“También recordamos a aquellos que resultaron heridos en el cuerpo y el espíritu, a los que regresaron a casa de la guerra pero para los que la batalla sigue siendo dura. Continuaremos ayudando a los combatientes heridos y discapacitados de las Fuerzas de Defensa de Israel y los cuerpos de seguridad, tanto física como mentalmente, en su lucha diaria por una vida con sentido y segura”.

Queridas  familias,

“Todo el amor que les mostramos en este día, no es suficiente para aliviar vuestro dolor. Más que nunca, debemos fortalecer el tejido que nos une en una sola nación, demostrar que podemos actuar juntos no sólo en el campo de batalla, sino en todas las esferas de la vida. La unidad es la base de nuestra fuerza”.

“Recen por la paz de Jerusalén: Gocen la paz aquellos que te aman…En aras de mis hermanos y amigos, pido que haya paz dentro de ti.  En aras de la casa de Adonai, nuestro D-s, procuro tu bienestar”.

“Que la memoria de los caídos sea bendecida y grabada en nuestros corazones para siempre”.

 

Fuente: División de Medios y Diplomacia Pública, Ministerio de Relaciones Exteriores



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