Descubrimiento en la universidad hebrea podría revolucionar la quimioterapia.

Enlace Judío México e Israel.- La nueva técnica destaca las células cancerosas y deja a las sanas ilesas, lo que permite a los pacientes recibir menos quimioterapia y menos efectos secundarios.

La proteína TRPV2 en acción Dr. David Roberson y Prof. Alex Binshtok

Es una sensación con la que muchos de los que reciben un diagnóstico de cáncer pueden identificarse: angustia y miedo, seguidos de la esperanza de que la quimioterapia salve el día. Desafortunadamente, para muchos pacientes, los dolorosos efectos secundarios de la quimioterapia hacen que suspendan el tratamiento prematuramente.

Ahora, un equipo de investigación encabezado por el profesor Alexander Binshtok, jefe del Grupo de Investigación de Plasticidad del Dolor en la Facultad de Medicina de la Universidad Hebrea de Jerusalén y el Centro Edmond & Lily Safra para Ciencias del Cerebro, ha desarrollado un método que administra medicamentos de quimioterapia directamente a las células malignas y evita a las saludables. Este descubrimiento podría permitir a los médicos reducir las dosis de quimioterapia para los pacientes, reduciendo así los efectos secundarios desagradables asociados con el tratamiento y mejorar el cumplimiento del tratamiento y los pronósticos generales.

“La mayoría de los tratamientos contra el cáncer no son lo suficientemente específicos, lo que significa que atacan las células sanas junto con las malignas de las que están tratando de deshacerse“, explicó Binshtok. “Esto lleva a los muchos efectos secundarios graves asociados con la quimioterapia. Eliminar las células cancerosas y dejar las sanas solas es un paso importante para reducir el sufrimiento de los pacientes“.

Los nuevos hallazgos fueron publicados en un número reciente de Frontiers in Pharmacology. El estudio se centra en la expresión selectiva de la proteína TRPV2 por las células cancerosas. Cuando se activa, la proteína TRPV2 abre un canal dentro de las membranas celulares. Binshtok y su equipo estudiaron las células cancerosas del hígado y pudieron insertar con éxito una dosis baja de doxorrubicina, un agente quimioterapéutico, a través del canal y directamente en las células cancerosas. El nuevo método no solo apuntó a las células cancerosas sin dañar las sanas. En el futuro, la precisión de este método de entrega puede permitir a los médicos recetar dosis más bajas de quimioterapia y aliviar a los pacientes de algunos de los efectos más severos de la quimioterapia.

“Es demasiado pronto para hacer predicciones concretas, pero esperamos que este descubrimiento guíe el camino hacia un nuevo método de administración más específico para el tratamiento de quimioterapia, que reduzca drásticamente el dolor de los pacientes“, concluyó Binshtok.

 

Fuente: Enlace Judío



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