15 Mar Novedosa fuente de proteínas para alimentar un mundo hambriento
Créditos de las imagenes: Technion press office.
El mundo está literalmente hambriento de nuevos tipos de alimentos sabrosos y nutritivos que también sean baratos.
El desafió está en producir rápidamente en un espacio relativamente pequeño sin afectar al calentamiento global. Se buscan soluciones que por otro lado no le roban a la tierra sus recursos naturales.
Parece que la brecha de proteínas es una factura imposible de llenar con un estimado de 9.8 billones de bocas para alimentar en 2050. Sin embargo las proteínas basadas en plantas y algas, (en lugar de las basadas en animales), proporcionan una solución que es posible hoy.
Un equipo de estudiantes graduados de la Facultad de Biotecnología e Ingeniería de Alimentos del Technion, ha realizado una importante contribución.
Ganaron el primer premio en el Proyecto de Alimentos EIT (Comunidad Europea de Innovación y Conocimiento) como parte de un concurso innovador de desarrollo de productos de microalgas.
Después de un año de trabajo, los estudiantes de posgrado concibieron, desarrollaron y produjeron “Algalafel”.
El producto es un nuevo falafel enriquecido con espirulina, y un tahini adicional enriquecido con astaxantina.
La astaxantina, es un compuesto que promueve la salud y se encuentra naturalmente en ciertas algas y mariscos. Es conocido por conferir a los salmones su color rojizo, y las plumas de flamencos su color rosado.
Proteínas ricas baratas y saludables.
El segundo premio fue otorgado a un equipo de estudiantes de la Universidad Alemana de Hohenheim en Stuttgart que desarrolló ‘Algini’, un producto vegano a base de lentejas enriquecido con espirulina. En tercer lugar, los estudiantes de la Universidad de Helsinki de Finlandia crearon ‘Spurtti’, un postre vegano de avena enriquecido con espirulina.
El evento de dos días, organizado por el Technion en su campus, incluyó conferencias sobre microalgas, un taller sobre incorporación de microalgas en la comida mediterránea y finalizó con la competencia.
Al conectar a los consumidores con empresas, startups, investigadores y estudiantes de toda Europa, EIT-Food apoya iniciativas creativas y económicamente sustentables que promueven la salud, el acceso a alimentos de calidad y el medio ambiente.
El proyecto incluyó también a tres socios industriales: Algatechnologies de Israel, que también suministró los materiales en bruto de microalgas utilizados por los equipos, Doehler de Alemania y Fazer de Finlandia.
Siendo una microalga nutritiva y respetuosa con el medio ambiente, la espirulina se ha sugerido como una solución para la inseguridad alimentaria y la malnutrición. Incluso alimentos para el consumo durante vuelos espaciales a largo plazo o misiones a Marte. El cultivo de espirulina requiere mucha menos tierra y agua para producir proteínas y energía que la que necesita el ganado o las aves de corral.
La espirulina, una biomasa de algas azul-verdes, produce su propio alimento mediante la fotosíntesis sin carbono orgánico vivo. La espirulina seca contiene 5% de agua, 24% de carbohidratos, 8% de grasa y aproximadamente 60% de proteínas.
Irónicamente, este producto natural se utilizó hace cientos de años. Era una fuente diaria de alimento para los aztecas y otros en las Américas y en África hasta el siglo XVI. Pero vino a perder popularidad cuando los lagos cercanos fueron drenados para la agricultura y el desarrollo urbano.
En 1974, la Organización Mundial de la Salud describió la espirulina como “un alimento interesante por múltiples razones, rico en hierro y proteínas”, que puede ser alimento para niños sin ningún riesgo. Tales productos innovadores y jóvenes emprendedores permiten la utilización de espirulina y otras algas para beneficiar a las futuras bocas hambrientas del mundo.
Fuente: Latam Israel
